Los seres vivos están en continuo movimiento. Su distribución geográfica no es fija ni estática, por lo que su estudio ha sido una incertidumbre desde siempre. El catedrático de Zoología de la Universidad de Málaga (UMA), Raimundo Real, lleva más de una década investigando al respecto y, basándose en la física cuántica, ha desarrollado una función matemática que predice zonas favorables de asentamiento para las especies.
“Hasta ahora ningún mapa ha podido representar de forma correcta todos los sitios en los que una especie está o no presente”, afirma el científico de la UMA que, como solución, propone una analogía entre la distribución espacial de las especies y la de las partículas cuánticas.
“Las partículas subatómicas pueden estar en varios sitios y estados a la vez, o permanecer entrelazadas pese a estar separadas en el espacio. Para el estudio de su ubicación, la mecánica cuántica aplica la función de onda, que resume la probabilidad de su localización en cada zona del espacio”, explica el profesor.
De la mano de los profesores Márcia Barbosa, de la Universidad de Évora de Portugal, y Joseph Bull, de la de Copenhague, el catedrático de la Universidad de Málaga ha desarrollado la idea de que una función matemática de favorabilidad es análoga a la de ondas, que estima la probabilidad de que una especie esté presente en un espacio concreto.
Biodiversidad oscura
Con este punto de partida, los investigadores han diseñado índices de biodiversidad basados en la materia oscura. “En física la materia oscura es la que no se observa, pero tiene que estar, ya que forma parte de sus ecuaciones. Trasladamos esta teoría a la biogeografía y predecimos zonas favorables para las especies sin necesidad de verlas”, aclara.
Información privilegiada que se traduce en avances significativos para el análisis de la biogeografía y macro-ecología. “Nos anticipamos. Los cálculos matemáticos nos permiten predecir zonas favorables para especies que aún no se encuentran físicamente allí, pero que hay que preservar para cuando lleguen”, continúa Raimundo Real, quien destaca su utilidad sobre todo ante los efectos del cambio climático.
La aplicación de conceptos y métodos asociados con la física cuántica mejorará la predicción de la distribución de las especies y, por tanto, contribuirá a una mejor conservación de la biodiversidad.
Un paso adelante que ya se está implementando en un proyecto de Parques Nacionales en España. Un trabajo investigador de primer nivel que no ha pasado desapercibido por la prestigiosa revista Systematic Biology, que lo ha publicado en un artículo científico.