La exposición ‘9 fugas’ ofrece hasta el 29 de julio distintos caminos artísticos actuales

Alumnos participantes en la exposición que se inaugura este 15 de junio.
Alumnos participantes en la exposición que se inaugura este 15 de junio.

‘9 Fugas’, la última exposición del curso 2016-17 en la Sala del Rectorado de la Universidad de Málaga (UMA), recoge la propuesta artística de 9 alumnos que terminaron en los últimos meses el grado en Bellas Artes tomando caminos distintos, en ocasiones, divergentes. A través de sus trabajos ofrecen la posibilidad de hacer nueve viajes diferentes por recorridos que va desde confines imaginarios hasta la concreción del cuerpo y que exploran tanto los espacios cotidianos como los de  la memoria. Jorge Montalbán, José González, Delia Boyano, Jesús Pérez, Julia Díaz Salado, María Dolores Lorite, Iván Pérez, Joaquín Yeray Gálvez y Alejandra González, integran esta interesante muestra que se abre a la ciudad de Málaga.

La exposición, que se podrá visitar desde el jueves 15 de junio hasta el sábado 29 de julio, está organizada conjuntamente por el Vicerrectorado de Cultura y Deportes y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga y ha sido comisariada por Mar Cabezas y Blanca Machuca.

Las perspectivas

Jorge Montalbán en Bienvenido Turdiscania propone un lugar imaginario, invita a viajar y a estar en Turdiscania, ver sus calles, observar la vida y lo que sucede alrededor de sus casas. De este viaje que mezcla realidad y ficción sacó un libro de fotografías y trajo objetos para materializar sus vivencias, ya que entiende que a través de las vivencias se crean los recuerdos.

Entre viaje y viaje Julia Díaz habla del cuerpo y de sus imperfecciones y nos ofrece unas muletas para caminar y unas manos para expresar a través del cuerpo, a su vez nos recuerda con 7 muletas para 7 hermanos el baile y el apoyo femenino.

Delia Boyano muestra unas Reglas de indumentaria marcadas por una estética del exceso, lo saturado, y en este escaparate nos ofrece complementos comestibles, chucherías, ideales para socorrer aspectos tan básicos de la vida y también de la carga con la que viajamos.

El espacio, el colegio y la cotidianidad

Con el Diario de a bordo de José González retomamos el viaje para hablar del proceso de construcción de una obra artística desde la búsqueda de los materiales hasta su finalización. En este caso viajamos fuera del planeta y pensamos en la carrera espacial y la colonización de Marte, como el próximo destino al que tenemos que llegar o crear. Pero tras un viaje tan largo y costoso volvemos a la Tierra.

Pff… qué pereza de Jesús Pérez nos lleva de vuelta a los recuerdos de una época escolar, para hablarnos del gesto de usar gomas de borrar, lápices, romper y doblar papeles y separatas. Estas acciones que hemos realizado todos en nuestra vida nos remiten al gesto escultórico.

El gesto creativo como algo cotidiano. De esa cotidianidad habla Iván Pérez, que lo convierte en algo mágico, digno de contar como en una película, a partir de barridos pictóricos como si fuera una cámara e imágenes fijas, que nos permite a cada uno montar su propia historia.

Vivencias, la esclavitud y la memoria

Ya en el lugar, María Dolores Lorite nos lleva a los espacios en Lo que pasa donde no pasa nada. Ya vacíos de vivencias, para centrarnos en aspectos del entorno deshabitado: la luz, los colores, las sensaciones que produce el espacio, que no nos deja al margen de la temporalidad del recorrido a través de la mezcla de técnicas como es el óleo y la acuarela, técnicas muy pocos miscibles (aceite y agua) que dejan su propia huella sobre el papel.

De aquí nos dedicamos a cerrar el círculo del viaje, pues desde la imaginación nos dirigimos hacia la memoria. Para crear una memoria colectiva a través del conocimiento, Joaquín Yeray Gálvez busca en los legajos de Málaga y nos habla de algo nada conocido como es la esclavitud en la ciudad en el siglo XIX. Graba a través del dibujo la marca sobre la piel del hierro candente. Utiliza el papel como si fuera la piel, una segunda piel en la que se deja la huella de los hechos.

Alejandra González pone fin al viaje con la memoria personal relacionándola con los acontecimientos históricos, utiliza objetos que se han convertido en reliquias y da voz a sus poseedoras para observar cómo se construye una intrahistoria, la historia de la memoria de lo cotidiano.

Esta exposición es uno de los acontecimientos de este año para la Facultad de Bellas Artes y el Vicerrectorado de Cultura, pues supone el reto de unir en un mismo ámbito nueve puntos de vista y nueve maneras de afrontar el trabajo creativo de otros tantos artistas/alumnos que ya han emprendido su propio viaje y que, en definitiva, ya se han dado a la fuga.

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