La Dieta Mediterránea tiene un importante efecto protector frente al riesgo de desarrollar un cáncer de mama. Así lo concluye el Estudio EpiGEICAM, coordinado por la investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, Dra. Marina Pollán, financiado por la Asociación Española contra el Cáncer y desarrollado dentro del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM).
Este proyecto de investigación colaborativo a nivel nacional, financiado por la AECC desde 2006 con 300.000 euros, analiza la relación entre la dieta y el desarrollo de cáncer de mama a partir de un total de 1.017 casos y 1.017 controles que han sido reclutados por investigadores de GEICAM en los servicios de Oncología de 23 centros hospitalarios españoles. Los investigadores identificaron en la población control 3 tipos de dieta:
- Dieta “occidental”- Western pattern: Alto consumo de productos grasos, carne procesada, dulces, bebidas calóricas y bajo consumo de cereales.
- Dieta “prudente”- Prudent pattern: Productos bajos en grasa, frutas, vegetales y zumos.
- Dieta “mediterránea”- Mediterranean Pattern: Pescado, vegetales, legumbres, patatas, frutas, aceite y bajo consumo de zumos y bebidas calóricas.
De las conclusiones del estudio de investigación publicado en el British Journal of Cancer (BJC), se extrae que el consumo de alimentos de la “dieta mediterránea” puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama hasta en un 30%. Por el contrario, la dieta occidental es la más perjudicial para desarrollar cáncer de mama y, lo que es más preocupante, es la dieta más frecuente en las mujeres jóvenes. Por su parte, no se ha podido constatar que la “dieta prudente” esté relacionada ni con una mayor ni con una menor probabilidad de desarrollar cáncer de mama, a pesar de lo que podía pensarse en un principio, por ser la que menos grasa tiene.
Estudios previos habían analizado el efecto de productos concretos (fruta, verdura, vitamina C) sobre el cáncer, que habían mostrado un sutil efecto protector. Ahora, el estudio del equipo dirigido por la doctora Pollán ha señalado que la dieta mediterránea ha demostrado ser beneficiosa para prevenir el cáncer de mama, especialmente para los tumores triple-negativos, para los que por el momento no existe un tratamiento quimiopreventivo. Es la primera vez que un estudio que relaciona dieta y cáncer de mama muestra un claro efecto protector de la dieta mediterránea en este subtipo de tumor, el triple negativo, que generalmente es más agresivo.
La Dra. Pollán, epidemióloga del Instituto de Salud Carlos III que ha coordinado el grupo que ha llevado a cabo el estudio, ha asegurado que “estudiar patrones dietéticos, como los identificados en nuestro estudio, supone un enfoque más global, intentando caracterizar mejor la forma en que comemos y su efecto sobre la salud. Nuestros resultados añaden más evidencia a favor de fomentar una dieta rica en verduras, fruta, aceite de oliva, pescado y legumbres, y limitar el consumo de alcohol, productos grasos, carne, embutidos, dulces y bebidas azucaradas. Esta forma de comer que llamamos dieta mediterránea puede ayudarnos a disminuir la frecuencia de cáncer de mama y también de otras enfermedades crónicas, como los problemas cardiovasculares o la diabetes”.