Ayer se celebró una nueva conferencia del ciclo “Radar. Ideas nuevas para un futuro común”, englobado en el laboratorio ciudadano LABMálaga, una iniciativa de la Fundación General de la Universidad de Málaga y La Térmica, centro de cultura contemporánea de la Diputación, coordinada por el profesor de la UMA Sebastián Escámez.
En esta ocasión el debate se centró en la crisis de la vivienda, que afecta a ciudades de todo el mundo y de la que Málaga no es ajena. El objetivo de la charla era conocer los motivos que han llevado a esta situación y las posibles soluciones. Para ello, se contó con el profesor del departamento de Sociología y el programa de ciudades de la London School of Economics David Madden. Sus artículos académicos se han publicado en las principales revistas de estudios urbanos y es editor de la revista CITY, además, junto al urbanista Peter Marcuse, ha escrito el libro En defensa de la vivienda (2018). También participó Antonio Yuste, miembro del sindicato de inquilinas e inquilinos de Málaga y profesor de Filosofía, para aportar una visión más local de esta situación.
Este experto plantea que la crisis de la vivienda no es una circunstancial ni sectorial, no es un pequeño fallo del sistema, está asociada a una dinámica del capitalismo. Cree que el diseño de las ciudades responde más a los impulsos del mercado inmobiliario que a las necesidades de un lugar para que la gente pueda vivir. Todas estas ideas están fundamentadas en su libro con documentos de entidades independientes e institutos oficiales de la vivienda.
“Paseamos por cualquier ciudad y vemos que ha aumentado la mendicidad, de igual modo lo han hecho los desahucios, sin embargo, los fondos de inversiones siguen enriqueciéndose”, explicó Madden. También contó que coexiste el sufrimiento para poder alcanzar una vivienda junto con el lujo residencial, “hay cantidades innecesarias de vivienda de lujo y falta vivienda social”. “Hoy en día la vivienda no se crea para distribuir espacios residenciales para las personas, sino que está dominada por los intereses de unas élites políticas y económicas”, afirmó el investigador.
Madden hizo hincapié en que se trata de un recurso que está sirviendo a los intereses de una minoría privilegiada, que controla este sector, pero no a los que necesitan la vivienda como un lugar para residir.
Tanto él como Marcuse, están a favor de un derecho radical a la vivienda, lo que significa un cambio estructural a su acceso, y los activistas apoyan esta idea. “Este derecho no debe entenderse como una reclamación jurídica sino como un proceso de democratización real. La idea es evitar que la vivienda se use como un bien de lujo”, aclaró el experto.
Como medidas citó el control sobre el alquiler, una titularidad pública del terreno, el control público de la financiación de la vivienda, límites a la especulación, impuestos a las viviendas de lujo y la creación y mejora de la vivienda pública.
Por otro lado, se pudo escuchar el testimonio de Antonio Yuste, del sindicato de inquilinas e inquilinos de Málaga. Yuste se centró en la situación del alquiler en España e indicó que Málaga es la cuarta provincia donde alquilar una vivienda es más cara. Además, explicó que la evolución del precio del alquiler ha experimentado una alta subida en los últimos cinco años. Como ejemplo, citó que la plataforma Airbnb ofrece más de 4.700 plazas de alquiler turístico en Málaga y que el centro de esta ciudad pierde a sus vecinos por este boom de viviendas turísticas.
El ciclo “Radar” continuará en marzo con un debate sobre Big Data para mejorar la vida de la gente (con Antonio López Peláez y Joaquín Castillo de Mesa).