Durante siglos, España ha sido objeto de una especial fascinación por parte de los viajeros europeos, principalmente británicos. La edad de oro de la literatura de viajes británica dedicada a España tuvo lugar en el siglo XIX, durante el cual se estableció la imagen exótica del país, especialmente tras la publicación del Handbook for Travellers in Spain en 1845 de Richard Ford.
La literatura de viajes británica reflejaba la política del Imperio y no era posible separar de la política expansiva de Gran Bretaña una imagen de España como un país atrasado, peligroso y pintoresco. Así, la literatura de viajes británica mostró una actitud que recordaba a los “Scouts Imperiales”. Sin embargo, hay una presencia de viajeros irlandeses en España que no ha sido lo suficientemente estudiada. Como señala Patricia Trainor (2003), las relaciones históricas entre España e Irlanda han sido más ricas de lo que generalmente se ha supuesto. De hecho, ambos países eran “pobres, periféricos y estaban alejados (o al menos parcialmente) de las preocupaciones y acontecimientos del resto de Europa” (Guning 2008: 150).
Por lo tanto, existe una tradición oculta de la literatura de viajes irlandesa centrada en España que se opone a la mentalidad colonial y que revelaría otras imágenes de España que se alejan de la autoridad británica. Una de las áreas de estudio del grupo de investigación de la Universidad de Almería HUM-807 Lindisfarne es investigar la imagen de España mostrada en la literatura de viajes irlandesa durante el siglo XX, específicamente durante el régimen franquista, ya que este período es el más fructífero en términos de presencia de autores irlandeses en España. La imagen irlandesa de España tiene sus propias características, alejadas de una posición de superioridad cultural o de un enfoque colonial.
Una de las autoras irlandesas más representativa de este período es Kate O’Brien (1897-1974). La inauguración oficial del MOLI – Museo de Literatura-Irlanda de la Universidad de Dublín en colaboración con la Biblioteca Nacional de Irlanda, cuya primera actividad es la exposición de la escritora irlandesa, así como la convocatoria del Premio Kate O’Brien para trabajos de investigación sobre las relaciones literarias y de género entre Irlanda y España por parte del Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos (Universidad de Málaga) confirma su relación con España que tanto influyó en su obra literaria por a sus estancias en Portugalete, Vizcaya, y Ávila.
“España es un lugar de profundas dimensiones, de realidades y de sombras”
Kate O’Brien se enamoró de España cuando comenzó a ser un destino de interés para un gran número de viajeros, especialmente británicos, tras el Gran Tour en el que España nunca estuvo incluida como un lugar carente de interés por su atraso en relación con otras naciones europeas como Italia o Francia. La devoción de O’Brien por España, adquirida tras su estancia como tutora en Bilbao en 1922, deja entrever su actitud opuesta a la imagen británica, apartada de una visión sesgada y exótica.
A pesar de ser más recordada por sus obras de ficción como Mary Lavelle (1936) o That Lady (1946), O’Brien también publicó un libro de viajes titulado Farewell Spain (1937) en el que reflejó su imagen de España y en el que hace una “elegía personal” al país. De esta manera es cómo la editorial Virago anunciaba la publicación del libro apelando a los lectores británicos e irlandeses. En la obra, la autora recoge su tour alrededor del norte de España durante el año 1936 (unos pocos meses antes del estallido de la Guerra Civil) en doce capítulos en los que habla de sus impresiones sobre ciudades como Burgos, La Coruña, Santiago de Compostela, Salamanca, Ávila, Toledo, El Escorial y Bilbao. El diario de viaje incluye anécdotas personales, viejos recuerdos y comentarios sobre la inestabilidad política de aquel año.
De sus obras sobre España se concluye que su representación se aleja del acercamiento romántico del siglo XIX y pretende mostrar una visión más equilibrada desmontando mitos sobre el país, como en sus comentarios sobre las posadas, el estado de las carreteras y la gastronomía, pero especialmente sobre la cultura, la política y el carácter de la gente, concluyendo que “España –tal y como todos ahora saben– no es una fantasía infantil o un imagen de póster. Es un lugar de profundas dimensiones, de realidades y de sombras” (1937: 24).
Verónica Membrive Pérez
Grupo de Investigacion Lidisfarne ‘Literatura y Cultura de los países de habla inglesa’. Departamento de Filología de la Universidad de Almería. Teléfono 950 214 460