Integrar desde la comunicación

¿Cómo se informa sobre inmigración? ¿Están condicionados los mensajes que llegan al público a través de los medios de comunicación? ¿Es suficiente con utilizar un lenguaje políticamente correcto? La inmigración es una realidad en nuestra vida cotidiana pero parece que desde las distintas instancias, incluida la mediática, no se le concede un tratamiento adecuado.

Antonio M. Bañón, profesor titular del Departamento de Filología Española de la Universidad de Almería, y experto en análisis del discurso y procesos migratorios, reflexiona sobre esta circunstancia. “Es cierto que en los últimos años ha habido un esfuerzo notable por parte del colectivo de profesionales de la comunicación para mejorar los contenidos referidos a inmigración, pero no es menos cierto que ese esfuerzo sigue siendo insuficiente”, señala Bañón. De hecho, y aunque la mejora es evidente, “aún estamos situados en una fase muy inicial de ese proceso”. 

En esta situación, el profesor de la UAL destaca que “en todo caso, cada vez es más frecuente observar iniciativas mediante las cuáles los propios colectivos de inmigrantes ponen en marcha medios de comunicación (Internet, en este contexto ha sido una herramienta fundamental) y esa presión indirecta está obligando a medios más poderosos económicamente, a ver los procesos migratorios desde otras perspectivas. Los movimientos sociales también tienen mucho que decir en este asunto y son muchos los que realizan actividades específicas sobre medios de comunicación e inmigración”.

El profesor de Filología es miembro del grupo de Estudios Críticos sobre la Comunicación (ECCO) que actualmente está desarrollando diversos proyectos relacionados con tres grandes bloques: Discurso y procesos migratorios; Comunicación y salud; y Comunicación y medio ambiente. Bañón hace una valoración de la información sobre inmigración y señala que “los códigos deontológicos relacionados con este tema sólo están funcionando en parte y no es infrecuente observar, a veces, las mismas estrategias discursivas discriminatorias que apreciábamos a mediados de los noventa, cuando alguno de nosotros empezamos a estudiar la representación periodística de las personas inmigradas”. 

Ante esta situación, sigue siendo importante “el compromiso personal de los periodistas a la hora de ofrecer tratamientos más adecuados a la realidad. Ahora bien, la responsabilidad no es sólo de los redactores, por supuesto, hay otros muchos actores (la propia empresa de comunicación, los jefes de sección, los fotógrafos, las agencias, etc.) que también tienen responsabilidad, en lo bueno y en lo malo”. Asimismo, señala el investigador, sería necesaria que fuera la propia sociedad la que realizase una reflexión sobre el discurso de la inmigración. 

 

Si quieres terminar de leer este articulo puedes hacerlo en la revista novaciencia Nº37 de junio de 2008 en las páginas 18-21 o también en la web: nº 37 – Palomares Año 42. La historia interminable. Junio 2008

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