El pasado 12 de junio casi trescientos profesores de la UAL aprovechaban que sus alumnos estaban de exámenes para reunirse a debatir sobrela situación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Eran casi todos los que han participado desde Almería en los grupos de profesores que desarrollan la nueva metodología docente que ha de aplicarse en la universidad europea del futuro.
En sus intervenciones dejó verse el trabajo que han realizado durante los últimos años. Afrontan con esfuerzo lo que parece una avalancha de cambios ante la que, por lo que pudo escucharse, tenemos puntos fuertes en los que agarrarnos pero también algunas debilidades.
La cuenta atrás.
El astrofísico Guillermo Bernabeu se encuentra en un observatorio privilegiado para contemplar la evolución del EEES. Es miembro de la junta directiva del Grupo de Seguimiento del Proceso de Bolonia (BolognaFollow Up Group), un organismo que se encarga de supervisar, entre cumbre y cumbre, los progresos de los distintos países en la construcción del espacio único. Profesor en la Universidad de Alicante, Bernabeu ha participado desde el inicio, primero en su centro y después como Asesor de la Dirección General de Universidades, en el proceso de implantación del EEES.
En Almería hablaba para un foro reducido de colegas sobre los avances que se han hecho en el camino, pero también sobre los puntos débiles que aún no se han cubierto y que serán caballo de batalla para los próximos meses. La cita no puede posponerse. El Real Decreto de Ordenaciónde Enseñanzas Universitarias (2007) marca la última cuenta atrás para la adaptación de las Universidades Españolas al Proceso de Bolonia. El proceso deadaptación tiene que estar terminado para el año 2010.
Esto significa, por ejemplo, que todos los títulos de grado que se impartan -también en la Universidad de Almería- están obligados a tener cuatro años de duración.
Mucho trabajo por hacer
Desde su posición, y ante la mitad del profesorado de la UAL, Bernabeu hacía un repaso rápido por el trabajo que se ha ido acumulando en unos planes que, no debemos olvidar, afectan ya a cuarenta y seis países, desde Lituania a Portugal y desde Francia a Rumanía.
Destacaba, por ejemplo, que no exista un mecanismo europeode evaluación externa sobre cómo va el proceso. La información con la que setrabaja parte de las propias instituciones evaluadas, hecho que dificulta una valoración conjunta.
No se ha hecho todavía la adaptación al Marco Europeo de Cualificaciones (MECES), que debería proporcionar un lenguaje común que ayude a los estados, empleadores y ciudadanos a comparar las cualificaciones de los distintos sistemas de educación de la Unión. Su puesta en marcha estaba prevista, en un principio, para el pasado año.
Actualmente el Ministerio de Educación continúa organizando talleres para el profesorado universitario con el fin de “iniciar el debatepara poner en marcha el MECES con la urgencia, pero a la vez con la necesaria reflexión que exige un instrumento tan importante”. Conjugar reflexión y urgencia no parece la mejor receta a la hora de planificar un sistema educativo.
Además, son muchas las voces que apuntan a que la sociedad vive agena a los cambios del Espacio Europeo. Bernabeu dejaba patente en su exposición una carencia que la Declaración de Lisboa, redactada por la European University Association el año pasado, recoge textualmente: “Mientras el objetivo principal del EEES es responder a las necesidades sociales, ha habido hasta ahora un escaso diálogo con la sociedad”. Por sociedad se entiende tanto empresarios y organizaciones sociales como profesores y estudiantes universitarios.
Estas son cuestiones importantes en las que los responsables saben que tienen que trabajar duro. Pero personas como el Dr. Bernabeu, que ha seguido de cerca el proceso de adaptación al Espacio Europeo siguen planteando una cuestión que no debe pasar desapercibida entre tanto cambio y nueva nomenclatura. Bernabeu se preguntaba: “¿Todo el mundo podrá acceder al EEES?”; y planteaba una segunda cuestión:”¿El grado será para todos y el Máster para unos pocos?”
Para evitar esta amenaza las universidades han de realizar grandes esfuerzos para ampliar la base socioeconómica de sus estudiantes en todos los niveles de estudio. El éxito de esta tarea requiere una estrecha colaboración entre las universidades, los gobiernos y otras instancias del sistema educativo; pero para ello el sistema de becas del Ministerio tiene que sufrir una reforma profunda que todavía no se ha llevado a cabo.
Descargar artículo completo en: n 38. Tesoros submarinos del Cabo. Julio 2008.