Estudian un nuevo tratamiento contra el cáncer bloqueando una proteína implicada en la regulación del sistema inmunitario

Sol Elisabeth Pérez, investigadora principal de este proyecto contra el cáncer.

La revista científica Nature’ se ha hecho eco en su último número de una investigación que ha identificado un nuevo abordaje terapéutico del cáncer más eficaz y menos tóxico en modelos animales. Un estudio liderado por la especialista en Oncología Médica del Hospital Costa del Sol Elisabeth Pérez, en el que también ha participado la UMA, la Clínica Universidad de Navarra e investigadores del Cima.

Se trata de un estudio multicéntrico que plantea bloquear una proteína implicada en la regulación del sistema inmunitario (llamada factor de necrosis tumoral o, en inglés, TFN) antes de aplicar uno de los tratamientos de inmunoterapia combinada más beneficiosa hasta el momento. 

En concreto, el Laboratorio de Biología Molecular del Cáncer de la Universidad de Málaga, que se ubica en el Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (CIMES), ha colaborado en este trabajo en el análisis de la firma TNF, realizando el análisis del perfil de expresión génica diferencial en muestras de pacientes sin enfermedad intestinal, con colitis ulcerosa no asociada a inmunoterapia y con colitis inducida por inmunoterapia.

Para ello, se ha utilizado la plataforma de ‘nCounter de Nanostring’, que incluye un conjunto de 770 genes específicos asociados a 24 tipos diferentes de células inmunitarias, genes que controlan diferentes puntos de control, genes de antígenos de células T y genes que cubren tanto la respuesta inmunitaria adaptativa como la innata, según ha explicado el catedrático de Oncología Emilio Alba, director del CIMES.

“En este estudio hemos identificado que la función inmunoreguladora de TFN es prescindible y, en cierta medida, dañina para la actividad antitumoral de esta inmunoterapia combinada”, ha afirmado Ignacio Melero, uno de los líderes de este trabajo, investigador senior del Cima y codirector del Departamento de Inmunología de la Clínica Universidad de Navarra.

 Por su parte el también codirector del estudio e investigador del Cima, Pedro Berraondo, ha añadido que se ha hemos comprobado que el bloqueo profiláctico de TFN antes de aplicar la inmunoterapia evita efectos adversos y mejora la respuesta al tratamiento en estos modelos animales, lo que permite ajustar mejor la dosis de la medicación y conseguir así una eficacia antitumoral más robusta. 

Ambos expertos que también pertenecen al Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC) junto con Elisabeth Pérez coinciden en que el siguiente paso es trasladar esta investigación a un ensayo clínico de forma que, “si se cumplen estos datos en los pacientes, se cambiará el paradigma de abordaje terapéutico del cáncer”, según han señalado.

“Cabe destacar de esta aproximación, su sencilla utilidad práctica puesto que en esencia supone utilizar en el contexto de prevención, lo que ya, de hecho, utilizamos en práctica habitual como tratamiento de los efectos adversos autoinmunes rebeldes”, ha asegurado la oncóloga del Hospital Costa del Sol.

La inmunoterapia del cáncer consiste en dirigir los mecanismos de destrucción celular del sistema inmunitario para eliminar el tejido canceroso. Así, la investigación en el tratamiento contra esta enfermedad busca ampliar los beneficios de la inmunoterapia a un mayor número de pacientes. En este sentido, el doctor Melero ha apuntado que los últimos avances en este campo consisten en unir varios de estos tratamientos. Entre ellos, la combinación de medicamentos de inhibición de PD-1 y de CTLA-4 consigue una extraordinaria eficacia contra el cáncer de piel más agresivo (melanoma), el de riñón y el de pulmón. Sin embargo, el experto, ha asegurado que un 40 por ciento de los pacientes sufren serios efectos secundarios.

PD-1 y de CTLA-4 son unas proteínas que se encuentran en un tipo de células inmunitarias, los linfocitos T, y su misión es evitar que estas células destruyan otras células, como las cancerosas, actuando, así como “frenos” en el control del sistema inmunitario. Al inhibir estas moléculas, se eliminan los “frenos” y se estimula la acción de defensa del organismo. 

El factor de necrosis tumoral (TNF) sirve para mediar la inflamación, inducir la destrucción de algunas células tumorales y activar a los glóbulos blancos, las células del sistema inmunitario. El bloqueo de esta proteína en inmunoterapia no es nuevo, pero sí su aplicación profiláctica en esta terapia anti PD-1 y anti CTLA-4. “La evidencia en pacientes es escasa, pero apunta a una excelente seguridad de la inhibición de TNF en pacientes con cáncer avanzado”, ha señalado Berraondo, quien ha añadido que los resultados en el laboratorio junto con la experiencia clínica previa respaldan la realización de ensayos clínicos en fase II para comprobar la seguridad y eficacia de este tratamiento de inmunoterapia combinada en pacientes a los que previamente se les bloquea la acción del TNF.

Esta investigación ha sido financiada por la Red Internacional de Inmuno-Oncología (una colaboración global de igual a igual formada por Bristol-Myers Squibb), la Asociación Española Contra el Cáncer, diversos fondos europeos y otras ayudas como la de la Caixa. En ella, además del Cima y la Clínica y el Hospital Costa del Sol, han participado investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Cáncer (CIBERONC), el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, el Hospital Universitario Virgen de la Victoria, el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IDISNA), el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA), el Centro de Investigaciones Médico-Sanitarias (CIMES) y la Universidad de Málaga.

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