Estudian monedas romanas encontradas en Torre de Benagalbón que podrían ser del siglo II a.C.

Imagen de algunas de las monedas encontradas.

En el transcurso de las excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento de Torre de Benagalbón (Rincón de la Victoria, Málaga), se encontró hace unos años un ocultamiento con una treintena de monedas que son piezas romano republicanas (19 ases y 1 semis) y otras de la zona de la alta Andalucía (9 unidades de la ceca ibérica meridional de Castulo) anteriores a la época de la edificación de época imperial. El descubrimiento, en este complejo de villa y termas, está siendo investigado ahora por expertos de la Universidad de Málaga.

“El hallazgo se realizó en el edificio termal situado en el sector norte. Allí se localizaron restos de construcciones hidráulicas donde se encontró el conjunto numismático, que resultó ser el más numerosos de tipo mixto (con piezas de diferente procedencia) en la Ulterior-Baetica (provincia de la Hispania romana que comprendía buena parte de la zona sur y occidental de la península ibérica)”, indica Bartolomé Mora Serrano, profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Málaga, que dirige la investigación sobre el ocultamiento y que ha sido elaborado junto con Arturo Pérez Plaza del Servicio de Protección de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Según este estudio, la estructura donde estaba “el tesorillo” no perteneció al complejo de baños romanos de la Villa de Benagalbón. Sin embargo los expertos se inclinan a que la construcción albergara una fábrica de salazones  y puede que también actividades metalúrgicas datables a finales del siglo II a.C. “Se han descubierto numerosos sedimentos metálicos en el territorio que sugieren que se desarrollaban labores relacionados con la minería”, explica el doctor.

Bartolomé Mora Serrano, profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Málaga

Así como el entorno y el contexto del hallazgo es relevante para datarlo, las monedas en sí mismas y su estado de conservación constituyen una aproximación a la fecha en la que se escondieron. “Se han podido distinguir unidades de bronce romanas y otras procedentes de la ceca de Castulo (lugar donde se acuñaban las monedas), situada en Jaén, pero no se han localizado piezas indígenas cercanas, de Malaka, especialmente, como sí se ha documentado en ocasiones anteriores en hallazgos similares”, subraya Mora.

Una de las hipótesis que baraja el investigador es que este conjunto numismático podría pertenecer a una persona procedente de la zona de cercana del alto Guadalquivir que se desplazara a Málaga para realizar trabajos de metalurgia. “La ruta Castulo-Malaca fue un camino muy transitado por mercaderes y viajeros de todo tipo que comunicaba la costa y el puerto de Málaga con el interior de Andalucía. De igual manera, no es difícil imaginar que un obrero especializado peregrinara hacia el sur buscando trabajo y que el individuo trajera consigo esta pequeña suma de dinero, necesario para modestos pagos y servicios cotidianos”, postula el historiador.

Por último, el gran número de monedas romanas que contiene este ocultamiento en comparación con las de procedencia hispanas, puede indicar el mayor prestigio que ostentaban las primeras, a pesar del elevado peso y módulo de las de Castulo. “Por esa época, hacia finales del siglo II a.C.,  Roma empieza a reducir su producción de ases, que por último interrumpe en época de Sila, por lo que muchos usuarios, indígenas o itálicos, las atesoraron. Estas seguían teniendo un valor considerable comparado con las emisiones locales de menor metrología, al igual que las imitaciones oficiosas que a partir de ahora se dejan ver más en el mercado”, concluye Bartolomé Mora.

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