¿Están preparadas las universidades para atender a estudiantes con discapacidad sensorial?

El proyecto UNIVAC determinará qué medidas son necesarias para garantizar su acceso a una educación universitaria de calidad en un contexto de creciente digitalización.

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El proyecto UNIVAC analiza en qué medida las universidades de Andalucía, Cataluña y el País Vasco son accesibles para las personas con discapacidad sensorial y cuáles son las necesidades. La discapacidad sensorial abarca, entre otras condiciones, la sordera, la hipoacusia, la ceguera y la baja visión.

Dos jóvenes de la UMA usan el lenguaje de signos.

El proyecto de investigación UNIVAC, liderado por la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia Estatal de Investigación y la Unión
Europea, tiene el objetivo de analizar la respuesta que da la universidad española a las necesidades de accesibilidad de las personas con estos perfiles, con el fin de realizar un diagnóstico de la situación actual y concretar qué medidas son necesarias para garantizar su acceso a una educación universitaria
de calidad en un contexto de creciente digitalización.

Para ello, un equipo formado por investigadores y técnicos especializados en la inclusión de la Pompeu Fabra, la Universidad de Córdoba y la Universidad del País Vasco está llevando a cabo diferentes actividades de investigación para obtener información basada en la experiencia de estudiantes,
personal universitario docente e investigador, y personal de administración y servicios, con y sin discapacidad. Entre estas actividades se encuentran los grupos de discusión, entrevistas y diarios de seguimiento.

El equipo investigador señala que los estudios realizados hasta el momento relacionan a menudo la accesibilidad con las barreras físicas para las personas con movilidad reducida. Sin embargo, no profundizan en el análisis de la implantación de servicios de accesibilidad comunicativa y digital que son claves para las personas con discapacidad sensorial, tales como el subtitulado, el uso de la lengua de signos, la audiodescripción, el bucle magnético, las transcripciones o las audioguías, entre otros.

El proyecto parte de la premisa de que estas intervenciones deben darse en el entorno. “El origen de las barreras no son las personas con discapacidad, sino una sociedad inaccesible, que no está preparada para una transición digital que tenga en cuenta a todas las personas”, afirma Blanca Arias (UPF), investigadora principal del proyecto.

En este sentido, señalan que el proceso de transición digital en el ámbito universitario debería incorporar los distintos servicios de accesibilidad comunicativa y digital para no dejar atrás a las personas con discapacidad sensorial y alejarlas del sistema universitario por falta de accesibilidad.

El proyecto UNIVAC proporciona evidencias para el desarrollo de políticas de accesibilidad, que contribuyan a reducir las desigualdades y garantizar la educación de calidad para todas las personas, concluyen.