El aumento de las temperaturas y las olas de calor sucesivas están incrementando los riesgos para la salud. Además de suponer un peligro para población vulnerable, alterar el sueño y aumentar la irritabilidad, el calor de este verano y el cambio climático están incrementando el riesgo de contraer enfermedades infecciosas y otras patologías propias de regiones más cálidas.
El presidente del Consejo de Colegios veterinarios de Castilla-La Mancha, Luis Alberto García Alía, advierte de este nuevo peligro asociado al incremento de la temperatura y al cambio climático, que genera las condiciones ideales para la circulación de enfermedades nuevas en estas latitudes.
Cómo cambio climático favorece la transmisión de enfermedades infecciosas
Estas enfermedades infecciosas son transmitidas por vectores, es decir, por insectos, que con las altas temperaturas de este verano encuentran el escenario ideal para actuar, explica Luis Alberto García Alía, quien también recuerda que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “las zoonosis vectoriales provocan cada año la muerte de más de 700.000 personas en todo el mundo y suponen cerca del 20% de todas las enfermedades infecciosas”.
La desaparición de la estacionalidad y el aumento de la temperatura media en las ciudades favorece la proliferación de especies capaces de portar enfermedades como el zika, el virus del Nilo Occidental, la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, todas ellas consideradas por la OMS como algunas de las enfermedades que suponen un mayor riesgo para la salud pública.
Qué poblaciones de insectos se están viendo favorecidas por las altas temperaturas
Entre las poblaciones que más están creciendo destaca la de las garrapatas, transmisoras, entre otras, de la enfermedad de Lyme o la fiebre hemorrágica del Congo. “Cada vez son más los veterinarios de Castilla-La Mancha que están alertando sobre un aumento de consultas relacionadas con la picadura de estos insectos, lo que pone en grave peligro la salud del animal, pero también de las personas”, destaca García Alía.
Otro de los vectores más comunes son los mosquitos. En nuestra región se ha detectado la presencia de Aedes albopictus, comúnmente conocido como mosquito tigre, una especie invasora que llegó a la península a principios de los años 2000, o el Aedes Japónicus, culpable de la transmisión de enfermedades como la fiebre del Nilo Occidental, culpable de la muerte de 8 personas en Andalucía en el verano de 2021”.
“No obstante, la única forma de hacer frente a las enfermedades zoonósicas transmitidas por vectores o por cualquier otra vía es prevenir, siempre bajo el paradigma ‘Una Salud’, ya que entre la salud de animales, personas y medio ambiente, no existen líneas divisorias”, concluye Luis Alberto García Alía.