Existe un alto porcentaje de la población en la que el malestar con su propio cuerpo lleva a la realización de conductas nocivas para la salud con el objeto de modificar su apariencia (como altos niveles de ejercicio físico, dietas extremas…). Es entonces cuando la persona experimenta una insatisfacción corporal que interfiere con su vida diaria. Esta insatisfacción es muy superior en mujeres, sobre todo en adolescentes y jóvenes.
Este hecho se explica por la gran presión social a la que se ven sometidas especialmente las mujeres y que conlleva a la consecución de un modelo estético de extrema delgadez. Esta preocupación por la imagen corporal afecta a la salud física, mental y emocional de la población sana y, en mayor medida, de aquella con Trastornos de la Conducta Alimentaria y Obesidad.
La insatisfacción corporal se caracteriza, además, por la forma en que atendemos y percibimos nuestro cuerpo. Tanto es así, que uno de los aspectos que la definen es la focalización de la atención en las partes consideradas como “feas” del cuerpo, evitando aquellas partes más “bonitas” y generalizando esa percepción a todo el cuerpo.
Por ello, científicas de la Universidad de Granada, pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC), han llevado a cabo un estudio sobre los mecanismos atencionales que se encuentran a la base de este malestar y evitación del cuerpo que sienten las mujeres con obesidad al ver su propio cuerpo y cómo reducirlo.
El sencillo tratamiento de exposición frente al espejo
Para llevar a cabo esta investigación, las investigadoras trabajaron con una muestra de 16 mujeres con obesidad y alta insatisfacción corporal, a las que se les ofrecía un total de 6 sesiones de tratamiento psicológico de 45 minutos de duración. Dicho tratamiento de exposición permitía a las participantes observar su cuerpo completamente (gracias a un espejo con alas, incluida la parte posterior) a la vez que verbalizaban todo aquello que pensaban y sentían sobre el mismo.
Para la realización del experimento, a las participantes se les tomaron fotografías de cuerpo entero en ropa interior (tanto de la parte anterior y posterior), y se les mostraban estas fotografías antes y después de las sesiones de tratamiento, donde seguían una serie de instrucciones: 1) “Mira a todo tu cuerpo”, 2) “Mira las partes de tu cuerpo que más te gustan” y 3) “Mira las partes de tu cuerpo que NO te gustan”. Durante estas instrucciones, mientras las participantes observaban la imagen de su propio cuerpo, se registraron los movimientos oculares; esto es, dónde y cuánto tiempo miraban cada una de las partes de su cuerpo.
Sorprendentemente, en un principio, las participantes no consideraban estas instrucciones, notándose un profundo sesgo atencional hacia aquellas partes del cuerpo con las que estaban más desconformes (especialmente, la barriga y el trasero). Esto es: aunque se les pedía que miraran las partes del cuerpo consideradas más bonitas o agradables, la atención se dirigía a aquellas zonas que causan un mayor malestar. Todo ello acompañado de un aumento en la dilatación pupilar, indicativo del gran valor emocional hacia dichas partes del cuerpo atendidas.
Tras las seis sesiones de tratamiento frente al espejo, sin embargo, este patrón cambia de forma significativa. Por un lado, se reduce el sesgo atencional (miran menos a las partes del cuerpo más desagradables, especialmente a la parte trasera del cuerpo). Por otro lado, también disminuye el malestar que experimentaban las participantes durante las propias sesiones de tratamiento, informando de una mayor aceptación de su propio cuerpo. Todo ello acompañado de una disminución de síntomas de la conducta alimentaria, de baja autoestima, depresión y ansiedad. El equipo de investigación apunta que “aunque diariamente nos miremos en el espejo, es la exposición consciente a nuestro cuerpo y a los pensamientos y emociones asociados la que facilita una disminución de la insatisfacción corporal”.
De esta forma, las investigadoras han contribuido a demostrar la eficacia de este tipo de tratamiento de exposición al espejo para la reducción de los sesgos atencionales, el malestar asociado al propio cuerpo y la sintomatología comórbida características de la insatisfacción corporal en personas con obesidad.
Hoy viernes, 2 de junio, se celebra el Día Mundial de acción contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria. “Queremos aprovechar esta efeméride para contribuir con la investigación a la visualización y la toma de conciencia de uno de los factores de riesgo y mantenimiento más prevalentes y relevantes de estos trastornos, como es la insatisfacción corporal”, apuntan las autoras.