Una investigación de la UNED sorprende al comprobar en ratas que las infecciones bacterianas padecidas por las madres durante el embarazo generaron en las crías una resistencia especial contra el estrés, que además redujo su propensión a la adicción a las drogas.
Cada vez más estudios confirman que las infecciones bacterias padecidas por las madres durante el embarazo están detrás de enfermedades mentales como la esquizofrenia o trastornos como los encuadrados en el espectro autista. Además, estas afecciones sufridas durante el periodo gestacional contribuirían a incrementar la vulnerabilidad de los hijos ante las adicciones a drogas, por la estrecha relación que existen entre la esquizofrenia y el consumo de estupefacientes, especialmente de tabaco.
Por este motivo, un equipo de investigación de la UNED, liderado por Alejandro Higueras, profesor y decano de la Facultad de Psicología, inició un estudio con ratas para conocer de qué manera las crías de este animal se veían afectadas por las infecciones bacterianas sufridas por sus progenitoras, y si esta circunstancia acentuaba el consumo de drogas, más concretamente, de cocaína, que fue la sustancia empleada en los estudios experimentales.
Qué se conoce hasta ahora sobre las consecuencias de las infecciones durante el embarazo
Según la hipótesis de partida, las ratas cuyas madres hubieran sufrido una infección bacteriana durante el embarazo, iban a tolerar menos el estrés, tendrían más posibilidades de desarrollar una psicopatía como la esquizofrenia y, relacionado con esta enfermedad, iban a ser más vulnerables a la adicción a la cocaína.
Sin embargo, para sorpresa de investigadores, ocurrió todo lo contrario. Las ratas en cuya gestación se vieron expuestas a las bacterias desarrollaron una resistencia especial al estrés, lo que trajo consigo una cierta protección frente a la adicción a la cocaína.
¿A qué se debe este extraño fenómeno descrito en la investigación de la UNED?
Pues es algo que no se tiene del todo claro, pero todo apunta a que el hecho de que las madres sufrieran la infección pudo actuar como una especie de entrenamiento durante la etapa fetal de las ratas. Su organismo desarrolló una resistencia que las preparaba mejor para afrontar las situaciones de estrés, debido a unos cambios registrados en el cerebro.
«Aplicamos una técnica de exploración de imagen en el cerebro, concretamente la tomografía por emisión de positrones, que te dice qué partes del cerebro están activas y cuáles no. Observamos que en los animales estresados tenían una activación aberrante en la parte del cerebro conocida como subiculum dorsal. Resulta que en los animales cuyas madres habían tenido la infección no les ocurría eso. Por lo tanto, pensamos que las infecciones durante el embarazo preparan parte del cerebro ante el estrés», explica Alejandro Higueras.
Qué cambios se han detectado en el cerebro
En estos estudios del cerebro de ratas se detectaron alteraciones en la expresión de casi 2.000 genes diferentes, en la zona que se relaciona con las adicciones, llamada cuerpo estriado, que podrían haber sido consecuencia del « efecto combinado del estrés y la activación del sistema inmune materno», añade este investigador de la UNED.
En los experimentos se inyectó a ratas gestantes un lipopolisacárido, una endotoxina bacteriana, (el lipopolisacárido, o LPS es un componente de la pared celular de bacterias como E.Coli), con el fin de simular una infección por estas bacterias. No se llegaron a utilizar bacterias propiamente dichas, debido al riesgo de infección que suponía trabajar con ellas en laboratorio. De esta manera, el equipo de investigación ‘engañó’ al sistema inmune de las ratas embarazadas, para que se comportara como si tuviera que actuar frente a una infección.
Hasta ahora se conocía que las infecciones durante el embarazo pueden provocar en la futura cría problemas de salud de distinta índole. «Se sabe que las infecciones en el periodo gestacional son un factor de riesgo relacionado con la esquizofrenia y trastornos del espectro autista», afirma el decano de la Facultad de Psicología de la UNED. Sin embargo, este hallazgo ha descolocado a la comunidad científica.
De hecho, admite Alejandro Higueras, en el tiempo que su equipo lleva haciendo este tipo de estudios habían constatado que las infecciones durante el embarazo provocaban un incremento de casos de crías con problemas de memoria y de procesamiento de la información, dos características que también están presentes en personas que presentan psicopatologías como la esquizofrenia. Y como el consumo de sustancias adictivas es mayor en personas con esta enfermedad mental, el equipo de la UNED trataba de abundar más sobre la relación existente entre la infección de la madre gestante, la psicopatología y el consumo de drogas.
Qué relación existe entre la enfermedad mental y las adicciones
«Nosotros estábamos interesados en esta relación porque en humanos se da la patología dual, es decir, la concurrencia de la adicción con otra patología. Las personas que tienen un diagnóstico de esquizofrenia tienen un consumo mayor de drogas, especialmente nicotina. No se tiene muy claro por qué, si primero viene la esquizofrenia y se consumen más drogas para compensar efectos secundarios de fármacos, o la esquizofrenia viene por el abuso de drogas. Nuestra idea era simular las infecciones que son factor de riesgo de psicopatología, para ver qué ocurría con el consumo de drogas», aclara este investigador.
En este ensayo, tal y como se esperaba, un porcentaje mayor de las ratas en cuya gestación sus madres habían sufrido una infección, probaban y comenzaban a consumir cocaína. «Lo que ocurre es que una vez dentro del consumo, la cantidad de droga que reclamaban era prácticamente la misma que los que cuyas madres no habían sufrido una infección», relata Alejandro Higueras.
Efecto protector frente al estrés
Lo que ninguno de los investigadores que han participado en el estudio vio venir es ese efecto protector frente al estrés que provocan las infecciones, un patrón que hasta ahora han descrito muy pocos grupos de investigación en el mundo.
Este hallazgo invita a pensar que estas infecciones durante el embarazo preparan al organismo a responder de una manera diferente, hasta el punto de compensar, en parte, las experiencias vitales estresantes sufridas en la adolescencia y que también pueden estar detrás del desarrollo de una esquizofrenia.
«Esto es una visión novedosa y es una nueva vía de entender esta interrelación. Los cambios cerebrales que hemos descrito en la interacción infecciones-estrés sí nos están señalando dianas para un estudio más profundo de esta protección. Hemos descrito que el subiculum o el estriado es donde ocurren estas interacciones de protección», concluye Alejandro Higueras.