Los 30 proyectos de investigación que se realizarán esta edición estudiarán desde cambios en la personalidad de los pingüinos, a la detección y caracterización de especies invasoras, el aprovechamiento del calor geotérmico de volcanes para producir electricidad o la monitorización de los suelos congelados para avanzar en la lucha contra el cambio climático
La XXVIII Campaña Antártica Española 2023-24 ha comenzado hoy con el acto de despedida del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) ‘Hespérides’ desde el Arsenal de Cartagena. El acto ha estado presidido por el Almirante de Acción Marítima, Alfonso Delgado, y en él ha participado Lourdes Armesto, jefa de la División de Coordinación, Evaluación y Seguimiento Científico-Técnico de la Agencia Estatal de Investigación (AEI).
Armesto ha destacado que “la investigación científica en las regiones polares resulta especialmente relevante por la trascendencia global de los procesos y los descubrimientos que tienen lugar en ellas, pudiendo considerarse como observatorios privilegiados en numerosas áreas de conocimiento. Por tanto, la comprensión, el conocimiento y la observación de los procesos geológicos, biológicos, oceanográficos y atmosféricos que concurren en la Antártida son críticos para avanzar en el conocimiento de los procesos del sistema terrestre y oceánico global, promoviendo una investigación inter y multidisciplinar. Pero, además del aspecto meramente científico, la investigación en la Antártida fomenta la cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+I, así como la colaboración internacional”.
Diecinueve proyectos financiados por la AEI
“Durante esta Campaña Antártica Española 2023/2024 se van a desarrollar 30 proyectos de investigación, 19 de ellos financiados directamente por la Agencia Estatal de Investigación, a través de convocatorias competitivas nacionales y europeas, lo que supone más del 75% de la actividad”, tal y como ha precisado Fernando Bohoyo, coordinador del Subárea de Investigación Polar de la AEI.
Los proyectos se llevarán a cabo en las diferentes instalaciones que España gestiona en la Antártida: las dos bases antárticas españolas BAE Juan Carlos I junto con el Campamento internacional Byers (Isla Livingston), y la BAE Gabriel de Castilla (Isla Decepción). El BIO Hespérides desarrollará 6 de estos proyectos de investigación en el entorno de las Isla Shetlands del Sur, además de dar el soporte logístico de toda la Campaña Antártica Española. Bohoyo ha subrayado que “varios proyectos financiados por la AEI van a realizar actividades en bases, campamentos o campañas de otros países, como el campamento turco en la Isla Horseshoe, a bordo de un velero de la campaña portuguesa COASTANTAR o en la Base Antártica Artigas de Uruguay”.
“En total, se movilizarán más de 240 participantes, entre comunidad científica (la mitad aproximadamente), el personal de apoyo técnico y científico de la UTM y las dotaciones del buque y la BAE Gabriel de Castilla. Estos números dan idea de la dimensión científica, humana y logística de una campaña planificada con mucho detalle, rigurosa y esforzada”, ha añadido Bohoyo.
La AEI supervisa el 100% de la actividad científica, tanto española como de otros países, en las ICTS nacionales en coordinación con el Comité Polar Español, la Unidad de Tecnología Marina (CSIC), la Armada y el Ejército de Tierra.
Del carácter de los pingüinos a las especies invasoras
Los 30 proyectos seleccionados en esta nueva edición de la Campaña Antártica Española se enfocan en diferentes temáticas y disciplinas científicas. El proyecto PERPANTAR, por ejemplo, estudia la respuesta de los pingüinos antárticos al cambio climático, abordando las consecuencias ecológicas de las variaciones entre los diferentes individuos que constituyen rasgos de personalidad. La variación de la personalidad de los pingüinos tiene consecuencias en la adecuación biológica que afectan a diferentes factores comportamentales y ecológicos, como las relaciones depredador-presa, interacciones parasito- hospedador, competencia, sociabilidad, apareamiento, crianza, cuidado parental, demografía, colonización y distribución en los hábitats, entre otros. PERPANTAR es un proyecto que realizan investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, Universidad de Alcalá de Henares, Universidad Austral (Chile) y la Universidad Technische de Berlín.
La detección y caracterización de especies invasoras son objeto del proyecto ASICS, dado que suponen uno de los problemas más importantes en la pérdida de biodiversidad, aunque sus efectos sobre la estructura y funcionamiento de los frágiles ecosistemas terrestres polares no se habían estudiado suficientemente. Las principales amenazas identificadas son el cambio climático y la sobrepesca que afectan a la cadena alimentaria junto con las molestias humanas, la destrucción del hábitat, la contaminación y las enfermedades emergentes. En el proyecto ASICS participa personal investigador de la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Autónoma de Madrid.
Proyecto Vivoteg sobre vigilancia volcánica
La vigilancia volcánica es extremadamente importante para predecir y reducir el impacto que una posible erupción tendría sobre la población. Sin embargo, el suministro energético necesario para alimentar los sensores y equipos de emisión de datos de las estaciones de vigilancia volcánica resulta en la actualidad un gran reto tecnológico, en muchas ocasiones de difícil solución cuando se trata de volcanes ubicados en zonas remotas y de climatología extrema.
En el proyecto VIVOTEG se propone el desarrollo de una tecnología inédita en la Antártida, basada en generadores termoeléctricos capaces de aprovechar el calor geotérmico presente en las fumarolas de los volcanes activos, para producir electricidad y poder así alimentar las estaciones de vigilancia volcánica. VIVOTEG es un proyecto de la Universidad de Navarra.
Proyecto Permathermal contra el cambio climático
La lucha contra el cambio climático a través del estudio de los suelos congelados de las islas Livingston y Decepción, ubicadas en la Antártida, es el objetivo del proyecto PERMATHERMAL, que llevará a cabo personal investigador de la Universidad de Alcalá de Henares. En el año 2000 se realizó la primera perforación en la isla Livingston con el fin de instalar sensores de temperatura a distintas profundidades en el terreno con los que medir de forma continuada las temperaturas de la capa activa (suelo estacionalmente congelado) y del permafrost (suelo permanentemente congelado).
El objetivo era poder monitorizar el estado térmico de los suelos congelados y ver su evolución a lo largo de los años. Los datos de estas estaciones contribuyen, por tanto, al estudio del cambio climático, ya que el permafrost es uno de los elementos de la criosfera considerados clave por la Organización Meteorológica Mundial y el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático.