El Gaudeamus Igitur es desde hace siglos el himno y símbolo de la Universidad, de la Academia. Y nunca ha sido el mismo. Su naturaleza ha sido siempre el de estar vivo, el de cambiar a la vez que cambiaba la universidad y la sociedad. La UGR, haciendo uso de esa tradición de adaptación a las circunstancias, ha teleconvocado a los más de 70 miembros de su orquesta y su coro y ha grabado un Gaudeamus de resistencia, con la inclusión en la letra de una estrofa de lucha y esperanza: Virus Coronarium nos nunc separavit, ¡ Domi maneamus, domi studeamus!¡Certe non triumphabit! [El coronavirus nos tiene ahora disgregados. ¡Permanezcamos en casa, estudiemos en casa! ¡Ciertamente no triunfará!
Jesús Luque Moreno, profesor emérito honorario y catedrático de Latín, ha sido el autor de la nueva letra del himno. Luque Moreno explica que “me ha parecido pertinente y oportuna esta iniciativa de Gaudeamus telemático en un momento en el que, forzosamente dispersados para hacer frente al virus, tenemos la experiencia gozosa de ver que la universidad sigue viviendo y dando vida a esta sociedad”. El profesor cuenta que el Gaudeamus es un himno “cuya letra nació viva y siempre ha seguido viva. Abierta siempre a las experiencias diarias de la institución y, a través de ella, de la sociedad. Por eso, la universidad no puede ser ajena a una situación tan dura como la que ahora padecemos todos. Esa es la razón de ser de la nueva estrofa”.
Víctor Medina, vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio, área responsable de la orquesta y coro de la UGR, explica que el motivo para grabar este Gaudeamus, “todo un reto artístico y técnico que merece la pena por lo que supone de homenaje a la institución académica, a su gran esfuerzo de adaptación a las circunstancias y, sobre todo, por el mensaje de esperanza que transmite a la sociedad en general. Ese es también el papel de la Universidad, liderar el futuro y la esperanza”.
Gabriel Delgado Morán, director de la Orquesta de la Universidad de Granada, recuerda el enorme esfuerzo que ha supuesto poner en pie este “Gaudeamus de resistencia”. “Es la buena predisposición de los músicos de la orquesta y de los cantores del coro, con su director Jorge R. Morata y su abnegado equipo” la razón de que esto haya sido posible. “Es su energía y la feliz idea de Jesús Luque la que nos ha permitido concluir el proyecto con éxito. Hemos pasado por momentos de importante carga emocional dadas las circunstancias: sin contacto visual, sin calor del público, etc. Pero gracias a la tecnología hemos podido tocar juntos sin estarlos, sentirnos equipo en la distancia, unir como una a decenas de voces. Todo ello a través del lenguaje universal de la música”.
Los músicos lo expresan espontáneamente. Lorena Carrasco, contrabajo, cuenta que “solo de pensar que mis compañeros estaban tocando a mi lado y yo acompañándolos con los graves de mi contrabajo hizo que la pieza saliese a la primera. Encantada de unirme a esta iniciativa para hacer llegar nuestra música a todos los hogares”. La viola Rocío Gómez explica que “ha sido una experiencia nueva, extraña y divertida aunque he sentido mucha presión al grabar porque quería hacerlo lo mejor posible. Eso de pensar que estaba tocando en orquesta sin estarlo, con el metrónomo puesto en el oído, algo a lo que no estoy acostumbrada, y pensando en todo momento que el ritmo tenía que ser perfecto me ponía nerviosa. Si este himno ayuda a dar ánimos al que lo necesite, todo tiene sentido.”
El coordinador de la orquesta, Miguel Ángel Rodríguez Laiz, narra las vicisitudes de la grabación: “Este nuevo Gaudeamus ha sido posible gracias al entusiasmo y dedicación de los músicos. Se consiguió reunir a 45 músicos de cuerda, viento y percusión –algunos grabando varios instrumentos o voces– y 26 coralistas. Todo ellos grabaron con sus medios caseros cada parte por separado, que fue ajustada, editada, masterizada y ecualizada con el trabajo de Gueben producciones. Para el video final se llegan a utilizar hasta 75 pistas de audio y video paralelas, lo que ha supuesto un reto sin precedentes tanto a nivel artístico como técnico, a la altura de las difíciles circunstancias por la que atravesamos como universidad y como sociedad”.