Uno de los Cursos de Verano de la Universidad de Almería que más se ha ceñido al interés actual de la sociedad es el titulado ‘La Alcazaba de Almería en el siglo XXI: una aproximación integral’. No se ha querido ser pretencioso al afirmar que “no se van a ofrecer soluciones”, pero sí se ha sido ambicioso al plasmar en un solo foro todos los puntos de vista que suscita el monumento más importante de la ciudad: “Intentar centrar sus problemas actuales y realizar reflexiones en relación al papel que tiene, a su rehabilitación, a su reconstrucción, a la arqueología, a su posición en la estructura urbana, a ser un elemento revitalizador de actividades sociales y económicas en el caso histórico, en el turismo… un panorama bastante amplio que el curso pretende cubrir”. Ese ha sido el marco dibujado por Alfonso Rubí, uno de sus directores, para el que “existe un interés claro de la UAL por proyectarse a la ciudad y a su problemática, algo que se tiene que agradecer a este equipo de gobierno porque es nuevo, antes no se tenía”.
Comparte las labores de dirección del curso con Luisa Arvide, quien ha remarcado lo curioso que resulta que “la Alcazaba es el monumento insignia de la ciudad y hasta la fecha no había sido objeto de estudio de una manera tan integral y tan importante como la que se propone aquí”. Es por tanto una propuesta novedosa que se apoya en la calidad: “Se cuenta con un panel de unos importantísimos y muy prestigiosos profesionales en su campo, de un muy alto nivel científico y académico, unos ponentes que van a deleitar, por lo que estoy plenamente convencida de que se van a alcanzar los objetivos propuestos”. Como muestra, la charla inaugural a cargo de uno de los más ilustres especialistas como es Rafael Manzano, afamado arquitecto y catedrático emérito de Historia General del Arte de la ETSA de Sevilla: “Para mí la Alcazaba de Almería, una de las cosas que tiene, es su valor de misterio, porque es la que peor conocemos, es de las más extensas y, desde luego, de las más bellas de implantación en el paisaje”.
Su pasión por este monumento le ha hecho afirmar con rotundidad que “es una pieza soberbia”, tras reconocer a Almería como una de sus ciudades predilectas. Trabajó un año en el monumento y lo tuvo que dejar “porque era demasiado importante la Alcazaba”, refiriéndose a que “no tenía ni tiempo ni posibilidad de acceso y comunicación entre Sevilla y Almería como para poder dedicarle lo que requería para adentrarse en sus misterios”. En este “edificio singularísimo” hay mucho por hacer, y en ese sentido la conferencia inaugural de Manzano ha versado sobre el gran proceso de reconstrucción de la Alhambra: “Criterios de restauración de monumentos, respecto a los hispano-musulmanes, que quedaron fijamos por la obra de mi maestro, Leopoldo Torres, que fue el que montó la Alhambra en la forma en la que hoy la vemos, la reorganizó, le dio su forma definitiva y con ello creó la forma de restauración científica que empezaba a triunfar en Europa”.
En cuanto a Julio Navarro, científico titular de Arqueología Islámica del EEA-CSIC, el legado que va a dejar el curso va ser muy notorio: “Tiene vocación de abordar la Alcazaba con visión global, y sin duda eso va a ser un aporte, recordando que la conquista de conocimientos se hace poco a poco; va a ser una buena ocasión para vernos diferentes personas que estamos implicados en la historia, la arqueología, el urbanismo… y creo que todos vamos a aprender, y va a servir para que la Alcazaba se vea algo diferente”. Ha dejado claro que “cuando hay más conocimiento, hay más capacidad para entender un monumento, y desde ese punto de vista sí se puede decir que va a haber un antes y un después porque en un futuro vaya a haber un material de reflexión más rico para intervenir en la Alcazaba y planificar qué es lo que se quiere hacer con ella”.
Pilar Jerez, la directora de los Cursos de Verano, ha encajado este curso en su mapa general de la XIX edición, siendo uno de los seis de la primera semana en la sede principal de Almería, que al final del ciclo habrá contado con un total de 18. Los datos dicen que son 26 cursos con más de 800 alumnos y 350 ponentes en sus cinco sedes, siempre con el común denominador de la amplia colaboración externa recibida por la UAL: “Contamos con la aportación de casi 50 entidades del ámbito público y del privado que han querido ser partícipes de nuestros cursos, siendo este gran compromiso de la sociedad con la Universidad de Almería no solo motivo de orgullo sino un incentivo para que los cursos de verano alcancen altas cotas de excelencia”. Un ejemplo de ello es este “centrado en nuestro monumento más emblemático, que se configura como una apuesta innovadora pues en pocas ocasiones ha habido una aproximación integral a uno de los conjuntos monumentales y arqueológicos más importantes de la península”.