La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que el 10 por ciento de las embarazadas padecen depresión perinatal y hasta un 25 por ciento cuadros severos de ansiedad. Estudiar cómo los aspectos emocionales y psicosociales asociados a las futuras madres pueden afectar al feto, se ha convertido en una de las principales líneas de investigación del profesor de Ginecología la UMA Ernesto González Mesa, quien, tras evaluar a unas 200 mujeres pacientes del Hospital Materno Infantil de Málaga, ha evidenciado cómo el estado de ánimo de las embarazadas influye en el peso de sus recién nacidos.
“Mientras más infelices se sienten las embarazadas, más pequeños nacen sus bebes”, afirma el profesor de la Facultad de Medicina González Mesa, del grupo de I+D+i de Obstetricia y Ginecología de la UMA, quien además señala que, según han identificado, en las futuras madres los síntomas depresivos empiezan ya aparecer en el primer trimestre.
“Es fundamental hacer visible este problema a la sociedad, cambiar la mentalidad para poder tratarlo”, asegura González Mesa. En este sentido, el experto reivindica la necesidad de abordar la depresión perinatal desde los propios hospitales, promover las Unidades de Salud Mental dentro de las Unidades de Ginecología. “Visibilizar esta realidad puede ayudar a ponerle solución”, aclara la investigadora Marta Blasco, también ginecóloga del Materno.
Así, este estudio abre nuevas vías de estudio como la posible relación de la depresión durante la gestación con partos prematuros o los efectos en la salud posterior del bebé. Desarrollado a finales de 2017, sus resultados se presentaron en el Congreso de la Sociedad Europea de Obstetricia y Ginecología, cuya nueva cita tendrá lugar en Málaga a finales de junio.
Factores culturales
Esta investigación ha sido realizada también de forma conjunta con la Universidad de Anatlya en Turquía, donde, con una muestra mayor, el profesor de la UMA ha detectado que los factores culturales como la religión, el apoyo social o las propias relaciones personales, aumentan hasta un 30 por ciento los síntomas depresivos de las embarazadas en el primer trimestre de gestación.