El seminario estival organizado por la Universidad de Almería, único sobre la resistencia ante los antimicrobianos ha llegado a término habiendo abordado el punto de vista y la responsabilidad de todos los sectores implicados, que son los de medicina, farmacia, veterinaria, enfermería y usuarios. Para Emilio García, su director junto a Verónica Márquez y también Farmacéutico Comunitario en Almería y miembro del comité científico del PIRASOA, no podía haber otro balance que no fuese “muy positivo” una vez culminado el programa del Curso de Verano ‘Actualización sobre la resistencia a antimicrobianos’.
Únicamente con sesión de mañana para esta tercera y última jornada, después de haber tenido doble los dos días anteriores, se le ha dado la última palabra al Plan Nacional de Resistencia a Antimicrobianos, así como al papel de la inspección sanitaria que vela por el uso prudente de los antibióticos. García ha visto satisfecho su objetivo de reunir a todos los actores de un asunto tan trascendental: “Es el primer curso que se monta en torno a esta cuestión, que ya sabemos que es un problema de salud pública, y en el mismo hemos tenido la suerte de tener sentados en una mesa a todos los implicados en la sanidad relacionada con antibióticos, farmacéuticos, médicos, dentistas, veterinarios y enfermeros”.
El mensaje rotundo que se ha lanzado es el de que “realmente todos juntos tenemos que luchar contra la resistencia antimicrobiana”, ha manifestado, y por ello ha habido tal amplitud de perfil en la participación, si bien ha destacado varios puntos culmen: “En este cartel hemos tenido a nuestro director del PIRASOA en Andalucía, que tiene reconocido prestigio internacional, el doctor Cisneros, al jefe de Inspección Farmacéutica, Eutinio Tercero, explicando qué están haciendo para controlar todo en clínicas, farmacias y centros veterinarios, y el cierre ha sido de la propia Agencia Española de Medicamentos, que es un lujo tenerla aquí, dando los detalles del Plan Nacional, sabiendo que Andalucía es pionera”. Las valoraciones que ha estado recibiendo por parte de los alumnos, a falta de las encuestas oficiales, son “muy positivas”, poniendo sobre todo el acento en “valorar el conocimiento de algo desconocido, no se sabía la problemática que había en nuestra sociedad, y no solo se ha puesto sobre la mesa este tipo de problemas, sino las acciones, también desconocidas para los asistentes”.
Por tanto, este curso de verano de la UAL ha explicado la puesta en práctica para el día a día de una serie de medidas, redundando en que “cuando nosotros tomemos un antibiótico, que sea porque lo necesitamos, y esos que nos sobran en las casas hay que llevarlos a los puntos SIGRE de eliminación que hay en las farmacias”. Vista la satisfacción general, el interés despertado y a falta de la confirmación de las citadas encuestas, Emilio García ya piense en el próximo verano: “Esperamos que haya una segunda edición y que esto sea mucho más grande dentro de un año”. En apoyo a ello ha estado la matización introducida por Antonio López Navas, coordinador de ese Plan Nacional de Resistencia a Antimicrobianos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios: “Como una de las líneas prioritarias del programa está la de sensibilizar al público general y concienciar y formar a los profesionales, así que cualquier iniciativa o este tipo de cursos desde la universidad es fundamental y siempre estamos pensando en colaborar”.
López ha considerado como “una de las cosas más atractivas” el nivel de los ponentes y que su procedencia haya sido amplia, “facultativos, farmacéuticos, gente del campo de la veterinaria, que para nosotros es tan importante siendo un plan de una única salud que tenemos que controlar y que pasa por el medioambiente, la salud humana y la salud animal”. Ha recordado que “España es una estrella en Europa en cuanto al consumo de antibióticos”, y ha situado en su justa medida una de las causas: “La automedicación supone un porcentaje importante pero no tanto como el que se especula, ya que se estima que está en torno a un 6%, que no es nada despreciable”. En lo que respecta a salud animal, “igualmente estamos a la cabezas de Europa”, si bien ha dado un tono optimista: “Esto está cambiando”.
Y es que se camina por la senda correcta y en ella hay que continuar, sin alarmismos pero sin dar por alcanzados los objetivos, que todavía están distantes: “Claramente al inicio de plan sí que es verdad había muchas iniciativas, pero no muy coordinadas, y se generó cierta alarma, pero ahora la gente es muy consciente del problema, hay mucha coordinación internacional y nacional y se va ampliando el espectro de nuevos tratamientos, y se están contemplando otras alternativas, así que no es necesario cundir el pánico, pero tampoco minimizarlo, porque el problema es grave”. De hecho, “en España fallecen muchas personas por esto y luego tiene graves consecuencias, no solo en mortalidad sino en morbilidad”. Así pues, “todo viene marcado por los planes de Europa y de la OMS, lo que se ha logrado durante estos años es gracias a esa coordinación internacional, que la mayor parte de los planes de acción sigan un camino común, y se están logrando cosas, reducciones del consumo y de las resistencias, por lo que estamos por el buen camino pero queda mucho por hacer; se está poniendo en marcha lo que consideramos que es necesario para reducir este problema”.