La inteligencia artificial tiene aplicaciones para que los hospitales mejoren la asistencia y la toma de decisiones de los médicos; sirve como apoyo en zonas de conflicto y desastres naturales; es útil también para mejorar el aprendizaje y la movilidad; además, el empleo de robots puede aumentar el bienestar de las personas dependientes. Pero todos estos usos conllevan aspectos éticos que obligan a definir cómo debe usarse la inteligencia artificial de forma responsable.
Definir este marco de uso ético de la inteligencia artificial es el objetivo del debate La inteligencia artificial para hacer el bien, que reunirá mañana martes, 8 de octubre, a las 12:00 horas, en el campus central del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Madrid (Calle Serrano, 117), a seis expertos en gestión de datos, robótica y sociología que abordarán el mejor uso de la inteligencia artificial en áreas de gran impacto social. El encuentro, celebrado en el marco del 80º aniversario del CSIC, es continuación del que tuvo lugar el pasado 5 de junio también en el campus central del organismo.
En el debate, presentado por la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, participarán: Miguel Luengo-Oroz, científico de datos de Naciones Unidas; Beatriz López, profesora de la Universitat de Girona; Guillem Alenyà, investigador del Instituto de Robótica Industrial del CSIC; Juan Antonio Rodríguez, investigador del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC; y Sara degli Esposti, investigadora del Instituto de Política y Bienes Públicos del CSIC. Moderará el encuentro Carles Sierra, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC.
Distintas aplicaciones con gran impacto social
Miguel Luengo-Oroz, director científico de UN Global Pulse, una red de laboratorios de la ONU sobre macrodatos o big data que tiene como objetivo “monitorizar y predecir en tiempo real los programas de desarrollo y ayuda humanitaria”, presentará ejemplos de cómo la inteligencia artificial se utiliza para aplicaciones de desarrollo sostenible. Entre ellas, destaca el apoyo humanitario en zonas de conflicto y desastres naturales, el seguimiento del denominado discurso del odio online y la creación de modelos epidemiológicos. También tratará los retos sociales que la inteligencia artificial presenta a nivel global y su uso para que los derechos humanos se respeten y no aumente la desigualdad.
Las industrias farmacéuticas y las aseguradoras están en plena transformación digital para adaptarse a esta nueva visión de la sanidad basada en la inteligencia artificial y la gestión de grandes volúmenes de datos. La investigadora en inteligencia artificial Beatriz López, de la Universitat de Girona, abordará los beneficios de los sistemas inteligentes para mejorar los procesos asistenciales, aumentar las capacidades en la toma de decisiones de los médicos, y mejorar los procesos de recuperación de la salud gracias a una decisión colaborativa entre pacientes, cuidadores, y médicos.
La inteligencia artificial también ofrece herramientas para su aplicación en educación y movilidad. El investigador Juan Antonio Rodríguez Aguilar, del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC, abordará los avances que favorecerán la cooperación de colectivos humanos para transformar la educación y la movilidad.
La investigadora Sara Degli Esposti, del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, se centrará en la ética de los algoritmos. Hablará de la equidad y transparencia en la toma de decisiones automatizadas, en los sesgos y manipulación de los datos que transmiten estos sistemas, y de posibles propuestas para mejorar el desarrollo sostenible y socialmente compartidos de la inteligencia artificial.
La robótica en aplicaciones asistenciales tiene un gran potencial. Guillem Alenyà, investigador del Instituto de Robótica e Informática Industrial (un centro mixto del CSIC y la Universitat Politècnica de Catalunya), dará una visión de las ventajas y limitaciones de los robots en entornos humanos, en especial aquellos que interactúan físicamente con las personas. La ciencia ficción ha creado grandes expectativas, pero la realidad de la tecnología es mucho más limitada. Aun así, todo apunta a que, en poco tiempo, tendremos robots que asistirán a personas en entornos domésticos. El problema no es solo tecnológico, se deben tener en cuenta, entre otras, consideraciones éticas, legales, de seguridad y privacidad.
En el primer debate sobre inteligencia artificial celebrado en el CSIC el pasado 5 de junio, seis ponentes desgranaron algunos de los mayores desafíos que plantea la inteligencia artificial, como son su impacto en el mercado de trabajo, lograr que las máquinas aprendan a partir de pocos ejemplos (small data), en contraste con el aprendizaje por acumulación de grandes cantidades de datos (big data) y que incorporen valores humanos en sus decisiones, entre otros retos.