Las prácticas de análisis de la escena del crimen que realiza el estudiantado de la asignatura ‘Policía Científica I’ del Grado en Criminología de la Universidad de Granada (UGR) han salido a la calle. El profesor responsable de estas actividades es Juan Carlos Álvarez Merino, del departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física, quien explica que esta iniciativa, además de ser favorable en el contexto de la pandemia de covid-19, permite “dinamizar el aprendizaje, pasando de una escena ubicada en un lugar cerrado al exterior, donde las características metodológicas o el rastreo y búsqueda de los indicios varían”.
Estas prácticas son fundamentales para el aprendizaje de técnicas de criminalística como la inspección técnica-ocular, gracias a la recreación de un supuesto hecho delictivo donde el estudiantado toma decisiones y adquiere los diferentes roles de investigación que ayudan a esclarecer el suceso. De esta forma se trabaja la protección de la escena, la observación detallada, la toma de fotografías y la elaboración planimétrica de los indicios que se localizan, para la toma y adecuado envasado de las pruebas que posteriormente se analizan en laboratorio.
El investigador del departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física Christian Haarkötter Cardoso, que participa en la docencia de la asignatura, destaca la elevada valoración que este tipo de actividades tienen entre el estudiantado: “Llevamos cuatro años implementando estas prácticas y la satisfacción entre los estudiantes es plena. Esta parte de la docencia les resulta clave para asimilar los conceptos teóricos y, además, disfrutan de ella”. El éxito se confirma con el progresivo aumento del número de estudiantes matriculados en la asignatura ‘Policía Científica I’, que ha pasado del entorno de 50 o 60 en cursos anteriores a los 94 del presente curso.
En plena escena simulada del crimen, y mientras se encarga de la documentación fotográfica de las pruebas junto al ‘cadáver’, la estudiante del Grado en Criminología Sofía Sevillano explica las tareas que desarrolla: “Trabajamos como un equipo bien coordinado.
Yo entro en primer lugar para dejar constancia fotográfica de todas las pruebas antes de levantar la escena y llevarlas a laboratorio, mis compañeras miden los indicios que encontramos y el perímetro general del lugar para poder realizar posteriormente un plano, mientras que otros compañeros se encargan de apuntar todos los elementos relevantes, desde hipótesis a teorías o las características de las pruebas localizadas”.
Alejandro Velasco, también estudiante del grado, define como “abrumadora” la utilidad de las prácticas de ‘Policía Científica I’ y destaca la utilidad que tienen al permitir “acercarse a los detalles que componen la escena de un crimen”.