La enfermedad COVID-19 no tiene consecuencias graves sobre la salud de las embarazadas, aunque sí puede provocar ciertas complicaciones en los recién nacidos, como prematuridad o bajo peso al nacer.
Así se desprende de una revisión exploratoria sobre todos los trabajos publicados hasta la fecha desde que apareció el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, realizada por Rafael Caparrós, profesor e investigador del Departamento de Enfermería de la Universidad de Granada.
Los resultados de este trabajo se han publicado en la Revista Española de Salud Pública, editada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España.
Puede afectar a la salud del feto
A lo largo del embarazo, muchos eventos ambientales pueden afectar a la salud de la embarazada y a la de su feto en desarrollo. El entorno de la embarazada puede desarrollar una marca (huella) en el feto, que afectará a su salud y enfermedad toda su vida.
“De este modo, como se afirma en la teoría de los Orígenes del Desarrollo de la Salud y la Enfermedad (Developmental Origin of Health and Disease; DOHaD) que elaboró el epidemiólogo David Barker, durante el desarrollo prenatal se lleva a cabo una programación fetal que va a marcar la salud y la enfermedad de ese bebé durante toda su vida extrauterina”, explica Rafael Caparrós. La exposición a virus, como el causante del COVID-19, se encuentra entre los eventos prenatales que pueden determinar la salud del feto en desarrollo.
El objetivo de este estudio fue determinar el conocimiento disponible sobre cuáles son las consecuencias de desarrollar COVID-19 en embarazadas y sus recién nacidos.
Análisis de diez estudios
Para ello, su autor realizó una Scoping Review, en la que se usó la búsqueda de artículos en los directorios DeCS y MeSH, y en las bases de datos Web of Science, Scopus, BVS, Scielo y CUIDEN. De este modo, se identificaron 10 estudios en los que se evalúo la salud materna y neonatal tras infección materna por COVID-19.
Los resultados de este trabajo revelan que, hasta la fecha, no se ha encontrado virus del COVID-19 en ninguna de las muestras de líquido amniótico, leche materna o sangre de cordón umbilical analizadas.
Además, tampoco existe evidencia para afirmar que el virus del COVID-19 se transmita verticalmente de la madre al bebé, ni antes del nacimiento (congénita), ni durante el parto (perinatal) y ni después del parto (neonatal).