En los envases de productos frescos, la humedad siempre ha sido un problema importante, ya que genera desperdicios en las etapas de distribución, venta al por menor y consumo, lo que se traduce en pérdidas económicas. Un ingeniero químico de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) ha desarrollado un aerogel, similar a una esponja, que “chupa” la humedad prolongando la vida útil de alimentos perecederos.
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Las frutas y hortalizas siguen ‘vivas’ después de ser cosechadas, empaquetadas y comercializadas. Esto significa que su proceso de respiración y transpiración continúa, lo que les da un tiempo limitado de consumo antes de que su calidad disminuya.
“La humedad es uno de los factores que más afecta la vida útil de estos productos, ya que crea un ambiente propicio para el desarrollo de bacterias, hongos y levaduras, que aceleran la descomposición de los alimentos”, explica Mercedes del Pilar Vera Mahecha, magíster en Ingeniería Química de la UNAL.
De qué está hecho complemento de los envases que prolonga la vida de frutas y verduras
Por eso el aerogel desarrollado por la ingeniera incorpora componentes como celulosa, un polímero natural presente en las plantas, y sales como el carbonato de calcio. Para fabricarlo, ella hizo una mezcla con dosificaciones precisas que luego se agitó a alta velocidad para asegurarse de que los ingredientes se integraran bien, y a su vez para controlar el tamaño de los poros.
La mezcla lista se vertió en moldes de aluminio y se congeló a -45 °C durante 24 horas. Luego pasó a un proceso de liofilización, mediante el cual el material se congeló aún más, a -75 °C, y se eliminó el agua dejando una estructura porosa, similar a una esponja, pero con poros microscópicos que capturan y retienen la humedad.
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Varios usos con resultados eficaces
Para su aplicación, el aerogel se puede poner en el fondo de los empaques con una barrera permeable que lo separe de los alimentos, permitiéndole adsorber la humedad sin tener un contacto directo. Otra opción que propone la ingeniera es usarlo en pequeñas bolsas transpirables, similares a las de té, que se integran dentro del empaque de frutas y verduras.
Este concepto puede resultar familiar, ya que en electrodomésticos, ropa o zapatos se usan sistemas similares. Sin embargo, a diferencia de los productos comerciales –como el sílica gel o el poliacrilato de sodio–, los materiales utilizados en este desarrollo se degradan con el tiempo, lo que reduce significativamente su impacto ambiental.
Para comprobar que este sistema resultaba eficiente para aplicaciones en alimentos, la investigadora realizó ensayos con trozos de melón picado (altamente perecedero por su cantidad de agua), y observó que el material lograba extender la vida útil del fruto hasta por 8 días, mientras que sin tratamiento solo duraba entre 3 y 6 días en condiciones similares de almacenamiento. También se probó en hortalizas como la zanahoria y en hierbas aromáticas como el perejil, cuya vida en fresco también es corta.
En términos de adsorción, el aerogel demostró una capacidad de retención de humedad equivalente al 100 % de su peso en seco, un desempeño comparable al de los mejores adsorbentes comerciales disponibles, por lo que tendría un importante potencial al aplicarlo en la industria.