Cáncer colorrectal, investigadores de la UGR demuestran la efectividad de la chirimoya contra esta enfermedad

Compuestos de estas plantas eliminan hasta el 50% de las células cancerígenas en cultivo celular. Además, estos compuestos potencian la actividad el fármaco más utilizado para el tratamiento del cáncer colorrectal.

Chirimoyas.

Un estudio de la UGR ha probado las propiedades antioxidantes y antiproliferativas contra el cáncer colorrectal de tres tipos de plantas: la chirimoya, la moringa y la mashua. El científico del Centro de Investigación Biomédica Marco Fuel Herrera encabeza este trabajo, realizado en el grupo de investigación que dirige José Carlos Prados Salazar, catedrático del Departamento de Anatomía y Embriología Humana.

Fuel Herrera, de origen ecuatoriano, obtuvo las semillas de estas especies en Ecuador, donde son comunes, y las cultivó en los laboratorios de la UGR para realizar la investigación. Los análisis se iniciaron con la extracción de los compuestos importantes de las plantas gracias al uso de etanol.

El estudio ha evaluado la capacidad de inhibición del crecimiento y de proliferación de las células tumorales antioxidantes en líneas celulares de cáncer colorrectal, también la capacidad de prevenir daños en las células normales (no cancerosas).

Resultados sorprendentes a nível farmacológico

La investigación demuestra que los compuestos beneficiosos que son parte de la chirimoya, la moringa y la mashua son capaces de eliminar, a dosis bajas y en cultivo celular, hasta el 50% de las células cancerígenas. Además, dichos compuestos potencian la actividad del fármaco 5-fluorouracilo, que es el más empleado en la actualidad contra el cáncer colorrectal.

Marco Fuel Herrera, investigador de la UGR que ha encabezado el estudio.

“La medicina tradicional es altamente utilizada en Ecuador por su valor cultural y por los beneficios que puede brindar, pero aún se desconocen los mecanismos con los que actúan los diferentes compuestos de las plantas”, explica el investigador de la UGR Marco Fuel. Por este motivo, el estudio se ha realizado con dos semillas y un tubérculo de plantas que son ampliamente cultivadas en tierras ecuatorianas.

Este tipo de investigaciones pretenden dilucidar incógnitas relacionadas con las propiedades beneficiosas que tienen muchas plantas, cuyo consumo es persistente y elevado entre la población. “A futuro, el trabajo realizado en la UGR incentiva el desarrollo de investigaciones ‘in vivo’ y de estudios clínicos que podrían presentar resultados sorprendentes y convertirse en nuevas opciones terapéuticas de estas especies“, concluye Marco Fuel Herrera.