La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de la Región de Murcia ha enviado diez ejemplares de tortuga boba (Caretta caretta) al Centro Oceanográfico de Valencia para seguir el programa de crecimiento e introducción ‘head starting’, establecido como estrategia general para la gestión de los episodios de nidificación en las costas españolas.
Se trata de parte de los ejemplares nacidos este verano en la playa de Cala Arturo, en el Parque Regional de Calblanque. De los 66 huevos que depositó una tortuga boba en la arena, nacieron finalmente 21 crías, de las cuales 11 se encuentran en el Centro de Acuicultura Marina del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), en San Pedro del Pinatar, y el resto han sido trasladadas a Valencia por técnicos de la Dirección General de Medio Natural.
Durante un año, aproximadamente, las pequeñas tortugas serán alimentadas en el ‘Arca del Mar’ del centro de Valencia, donde se estudiará la evolución y comportamiento de esta especie que se encuentra amenazada, ahora también por la basura marina, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La cría y desarrollo de las tortugas permite que alcancen una mayor envergadura y fortaleza, lo que les otorga más y mejores defensas frente a sus depredadores. Así, se ha comprobado que de los diez quelonios que fueron enviados al mar en noviembre de 2017, después de un año en el ‘Arca del Mar’, logró sobrevivir un 90 por ciento, lo cual supone un éxito para la conservación de la especie, dado que se estima que en condiciones naturales, sólo sobrevive una tortuga de cada 1.000 que nacen.