El mes de enero de 2021 será recordado durante muchos años por los granadinos. A la incertidumbre provocada por la pandemia, se le sumó el miedo provocado por un enjambre sísmico, con temblores de magnitud por encima de 4, que provocó que los vecinos se echaran a la calle presas del miedo y cuantiosos daños en las viviendas ubicadas en las zonas cercanas al epicentro, localizado en en entorno de Santa Fe. Sin embargo, ahora se ha comprobado que la situación pudo ser mucho peor, hasta el punto de alcanzar el nivel de catástrofe, de no haberse dado unas circunstancias que redujeron la fuerza de los temblores.
Un equipo interdisciplinar de investigación liderado por la Universidad de Granada (UGR) ha publicado en la revista Tectonics de la American Geophysical Union (AGU) el primer artículo científico sobre las causas geológicas del enjambre sísmico que afectó persistentemente el entorno del municipio de Santa Fe (Granada) en el año 2021.
Qué mecanismo evitó que los temblores fuesen de mayor magnitud
Su trabajo ha revelado que estos terremotos ocurridos en la Vega de Granada estuvieron ‘confinados’ por fallas que cortaron el tramo activo donde se originaron los terremotos, impidió que la sismicidad de esta serie se propagara a otras zonas y limitó a 4.5 las magnitudes máximas.
Esta investigación ha sido realizada por científicos de los departamentos de Geodinámica e Ingeniería Civil de la Universidad de Granada y del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-UGR), en colaboración con investigadores de la Universidad de Jaén, la Universidad Internacional de La Rioja y el Real Observatorio de la Armada. Presenta resultados obtenidos mediante la integración de investigaciones multidisciplinares geológicas, geofísicas y geodésicas y se enmarca en los proyectos AGORA y PAPEL dirigidos por el profesor Jesús Galindo Zaldívar y financiados por la Junta de Andalucía y fondos FEDER.
Los sismos de mayor magnitud de la serie se iniciaron el 23 de enero de 2021. Hubo tres sismos consecutivos la noche del 26 de enero que crearon alarma social y, tras la disminución progresiva de la actividad, se registró un último sismo el 12 de agosto de 2021.
Activación de un segmento de falla
Las investigaciones realizadas en la UGR muestran que la sismicidad se debió a la activación de un segmento de falla normal orientado NO-SE de 2 kilómetros de longitud, situado bajo la localidad de Santa Fe entre 3 y 5 kilómetros de profundidad. Esta falla está en conexión con las observadas en el borde Sur de Sierra Elvira, que elevan dicha sierra respecto a la Vega de Granada.
“Las series sísmicas de intensidad baja a moderada que ocurren en el entorno de la Vega de Granada nos recuerdan la necesidad de continuar con la investigación de nuestro subsuelo a partir de estudios integrados multidisciplinares. El conocimiento de las estructuras geológicas y su actividad sísmica debe considerarse para mejorar las medidas de prevención de los efectos de los terremotos”., apuntan los autores.