El Centro Deportivo de la Universidad de Almería ha sido el epicentro en el que se ha iniciado una semana que pretende provocar un ‘temblor’ en el seno de la comunidad universitaria. Es la Semana de la Diversidad Funcional, organizada con el propósito de sensibilizar en el marco del Día Internacional de las Personas con Diversidad Funcional (el 3 de diciembre, sábado), y que se ha diseñado cargada de actividades diversas hasta el viernes. El punto de partida ha sido el deporte vinculado a la ceguera, junto a la orientación, con la participación del alumnado de diversos grados para que puedan vivir y experimentar por si mismos lo que es el día a día de las personas discapacitadas visuales.
El programa ha sido ideado por la Unidad de Atención a la Diversidad Funcional de la Universidad de Almería, y Pilar Sánchez, su directora, ha sido muy clara: “Es una semana de orgullo por lo conseguido, y una semana de reivindicación por lo que queda por conseguir”. Ha añadido que “todavía hace falta dar muchos pasos para la inclusión social, para la accesibilidad universal y, en definitiva, para la igualdad de derechos y oportunidades”. En ese sentido, “el 3 de diciembre se dejará de celebrar cuando se haya conseguido la igualdad de oportunidades, porque entonces no habrá que reivindicar nada”. Por el momento es necesario no frenar la marcha emprendida, y se ha puesto como tarea principal “conseguir la participación, que depende del propio alumnado con diversidad”. De hecho, lo ha definido como un reto y se ha referido que sea efectiva “en actividades culturales, en programas de movilidad… en algo más que ir a sus clases y volverse a sus casas”.
Sánchez ha hablado en concreto de “dar un paso más para formar parte de una vida universitaria plena”, recordando lo que está en la base del entendimiento de esta cuestión: “La discapacidad está en la interacción de la persona y del contexto, y yo creo que ambos tenemos que poner de nuestra parte para que se produzca esa participación”. El día a día de las personas atendidas por su Unidad “depende mucho de la diversidad funcional que se tenga, porque cada uno tiene sus necesidades”. Sobre ello ha explicado las pretensiones y los logros: “Quiero pensar que tienen una red de apoyo que les permite, entre profesorado, compañeros, esta unidad, otras unidades y órganos de la UAL, tener una respuesta a cualquier dificultad que pueda surgir en cualquier momento, si bien siempre hay cosas por mejorar”.
Dicho eso, considera que “el día a día de un alumno con diversidad funcional es como el de cualquier alumno, con sus ilusiones, con sus logros y con sus dificultades que hay que afrontar”. En la vista atrás, “en general se va viendo año a año que la respuesta del profesorado es más satisfactoria, en el sentido de que es más sensible a que tiene que hacer ‘ajustes razonables’ para esos determinados estudiantes, y también la comunidad, las conserjerías, las cafeterías, el personal del PAS…, se han habituado y forman una parte más del campus”. Ha recordado que su unidad actúa bajo demanda, “hay personas con discapacidad que no requieren de apoyos, o que empiezan curso sin pedirlos y luego sí se acercan a nosotros”.
Además, cabe añadir que en el campus de la UAL hay “personas también sin certificado de discapacidad, pero sí con diversidad funcional, como todas las dificultades de aprendizaje, léase dislexia, TDH, algunas con TEA, y trabajamos con ellas, junto a los crecientes problemas de salud mental, para los que nos apoyamos en la Unidad de Atención Psicológica, realizando un trabajo coordinado”. En definitiva, en esta Semana de la Diversidad Funcional “el objetivo último es la sensibilización”, y en las actividades “participan clases de los grados oficiales”, pretendiéndose “hacer sensibilización y cubrir el máximo abanico”. Mención especial tienen los alumnos del Curso de Capacitación para el Empleo, que está en su quinta edición. Se han inscrito a todas las acciones y así están cumpliendo más si cabe con ocupar su espacio en el campus: “Es un paso más abrir el campus a persona que no tienen acceso a él, que parece que no tienen cabida, la que tienen discapacidad intelectual, que ahora son miembros de pleno derecho”.
El desarrollo de actividades lo ha realizado Andrés Boira, vinculado a la ONCE como el coordinador de actividades deportivas de Granada, Jaén y Almería, junto a José Manuel Bernal, de la Delegación de Educación como integrante del equipo de trabajo que ha surgido mediante un acuerdo entre Junta y ONCE, compuesto por diez personas. Este Equipo de Orientación Educativa para el alumnado con discapacidad visual también se extiende a los estudiantes universitarios: “Yo sé que la UAL trabaja mucho en este sentido y mi labor es estar en contacto con los docentes para tratar las adaptaciones, porque en la discapacidad visual cada cual ve de manera diferente, unos no ven y otros ven de modo distinto y las adaptaciones son muy variopintas”. Ha destacado que la realización de estas actividades es muy importante para lograr “sensibilización de los alumnos sobre este tipo de discapacidad”.
Los participantes han comenzado probando el goalball, para pasar después a un circuito de orientación, “para que sepan cómo se mueven las personas invidentes por el campus”, subiendo al tándem en los exteriores del Centro Deportivo y, finalmente, probar el fútbol sin visión. Todo ello se ha realizado con los ojos tapados y por grupos, en rotación por las distintas estaciones para que su desarrollo fuese dinámico y ágil. Este martes se proyectará el documental ‘7 vidas, 7 lagos’, participando así en el Festival Gallo Pedro de Verdiblanca, en la Sala de Grados del Edificio de Gobierno-Paraninfo, el miércoles será para el Dúo Verisa de Arte Incluso en la Sala Bioclimática, el jueves se ha programado una tertulia entre varios alumnos de la UAL con diversidad en la Sala de Grados de Ciencias de la Salud y el viernes, antes del manifiesto, Inserta tomará el testigo con ‘Rompiendo estereotipos sobre discapacidad en el empleo’.