Un estudio encabezado por la investigadora del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada, Jana Krizanova, analiza los niveles de adherencia a las dietas sin carne, más elevados en aquellas personas especialmente concienciadas con la protección del medio ambiente y consideradas en la izquierda del espectro político.
Las personas con un comportamiento más favorable al cuidado del medio ambiente siguen con mayor adherencia y regularidad las dietas sin carne, también denominadas dietas a base de plantas. Así lo demuestra un estudio dirigido por Jana Krizanova, investigadora del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada, en el que también ha participado el catedrático del mismo departamento Jorge Guardiola.
La investigación apunta a la habitual “baja adherencia” propia de las dietas sin carne. “Dicho de otra forma, muchas personas que se consideran vegetarianas comen carne esporádicamente e incluso pueden llegar a abandonar por completo su dieta a base de plantas”, explica Jana Krizanova.
El estudio ha demostrado cómo, por encima de otros factores dietéticos, motivacionales y demográficos, el comportamiento proambiental predice que las personas se comprometen mejor con las dietas a base de plantas tanto a corto como a largo plazo. La concienciación medioambiental media la relación entre la conexión con la naturaleza y la adherencia a la dieta vegetariana, explicando por qué las personas que se sienten más conectadas con la naturaleza tienden a comprometerse mejor con su dieta reducida en carne.
Los investigadores han trabajado concretamente las predicciones de comportamiento a corto y largo plazo de las personas para extraer conclusiones.
Ideología
“El comportamiento proambiental también establece la relación entre la ideología política y la adherencia a la dieta, explicando así por qué las personas que son más de izquierdas se adhieren mejor a una dieta sin carne”, detalla la investigadora Jana Krizanova.
Este estudio sugiere que las personas de izquierdas se comprometen mejor con una dieta sin carne, “posiblemente porque practican más el comportamiento proambiental en comparación con quienes tienen una ideología política más de derechas”, proponen los investigadores, quienes añaden que aquellos que se sienten más conectados con la naturaleza “se adhieren mejor a la dieta a base de plantas, probablemente porque participan más activamente en el comportamiento favorable al medio ambiente”.
Los investigadores firmantes de este trabajo defienden la inminente urgencia de proteger el bienestar del planeta y consideran beneficiosa una transición hacia la dieta vegetariana. “Sin embargo, si las personas que deciden reducir su consumo de carne vuelven a consumirla, la preservación de los ecosistemas sigue estando en el mismo peligro”, expone Krizanova.
El estudio identifica así la valoración del compromiso proambiental como una vía alternativa a la promoción de una alimentación más sostenible y saludable. “Adicionalmente, podría considerarse también como una posible solución al reto de la pérdida de la biodiversidad, contaminación de recursos naturales, bienestar humano y de otros seres a lo largo de nuestra transición humana hacia unas sociedades más compasivas, conscientes y evolucionadas”, concluyen los investigadores.
Referencia bibliográfica:
Jana Krizanova, Daniel L. Rosenfeld, A. Janet Tomiyama, Jorge Guardiola,
Pro-environmental behavior predicts adherence to plant-based diets,
Appetite, Volume 163, 2021, 105243, ISSN 0195-6663, https://doi.org/10.1016/j.appet.2021.105243.