La Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga ha renovado y ampliado sus espacios para adaptarlos a las necesidades de su alumnado y promover la metodología activa para los más de 4.000 estudiantes que cursan los grados y posgrados de Educación Infantil, Educación Primaria, doble grado en Educación Primaria+Estudios Ingleses, Educación Social y Pedagogía.
Varios proyectos liderados por el Vicerrectorado de Smart-Campus han sido dados a conocer hoy -aunque ya llevan un tiempo de rodaje-, en un acto presidido por el rector, José Ángel Narváez, acompañado, entre otros, por la vicerrectora de Smart-Campus, Raquel Barco y la decana del centro, Rosario Gutiérrez. También han estado presentes los autores materiales de los distintos proyectos, un grupo multidisciplinar compuesto por arquitectos, ingenieros, biólogos y profesores de distintas áreas.
Los nuevos espacios están en el vestíbulo, la biblioteca, la planta baja -con un aula experimental- y los exteriores, donde va un espacio educativo a modo de ágora tecnológica, un lugar para disfrute de los niños de la Escuela Infantil y visitantes y un eco-aula, con un huerto y sitio para esparcimiento.
Cuál es el nuevo sello de Ciencias de Educación de la UMA
El nuevo sello de Ciencias de la Educación es el concepto de smart campus. Tanto el rector como los intervinientes en la inauguración han coincidido en destacar la transformación de la facultad, que, en palabras de la decana, “es ahora un lugar más amable, cercano, acogedor y permeable a la metodología activa que aquí se desarrolla”. Han hecho hincapié también en que todas las innovaciones que llevan consigo los nuevos espacios llevan el espíritu Smart-campus, que no es otro que unir la innovación con la investigación, la sostenibilidad y la educación. Asimismo han destacado como punto importante el hecho de que estas iniciativas hayan partido y estén ejecutadas por miembros de la comunidad universitaria y empresas cercanas.
Por lo que se refiere a la biblioteca, se ha procedido a ampliar los puestos de lectura y las salas de trabajo, aunque también se ha mejorado la iluminación, el confort térmico y acústico y la accesibilidad de la planta alta, que carecía de comunicación entre sus dos niveles.
En cuanto al aula experimental, se ha centrado en la transformación y naturalización de dos clases para adaptarlas a un nuevo modelo de enseñanza y aprendizaje de carácter innovador y sostenible. Se trata de un contexto que mezcla investigación con naturaleza y tecnología. Es un espacio preparado para que los estudiantes puedan ultimar sus diseños cooperativos, elaborando materiales y recursos concretos para sus intervenciones educativas y, sobre todo, para que puedan analizar visualmente el desarrollo de la acción por parte de los niños que visiten el centro a través de espejos y cámaras ocultas a la vista, descongestionando la presencia adulta del espacio de acción.
Los materiales incluyen paneles en paredes y techo repletos de plantas que son controladas por sensores informativos.
Ágora tecnológica
Ya en el exterior, se ha construido un ‘Espacio Educativo Exterior Eficiente’, un enclave inspirado en la antigüedad -se asemeja al ágora de Platón- y en la arquitectura de Gaudí y dedicado a la innovación docente, pero con incorporaciones tecnológicas y de Inteligencia Artificial que permiten conocer las condiciones climáticas, los vientos, la acústica y el número de personas que están sentadas o de pie, por poner algunos ejemplos.
Es un lugar vinculado al paisaje, de una forma confortable y adaptativa, donde se pueden crear unas condiciones climáticas y tecnológicas acordes al desarrollo de la actividad planteada mediante el uso de sistemas activos y pasivos, unidos a la monitorización y control del espacio,
Esto supone un desafío técnico importante, que requiere de un cuidadoso diseño tanto del propio espacio (envolvente arquitectónica proyectada de manera acorde con el clima y situación y aplicación de técnicas pasivas de control climático) como de eventuales sistemas mecánicos para el control ambiental, como las placas fotovoltaicas que adornan la cobertura del aula.
Otro de los proyectos inaugurados hoy es una zona de juegos para niños de 0 a 3 años, anexo a la Escuela Infantil de la UMA y la nueva aula exterior de la Facultad de Ciencias de la Educación. Está ubicada en la zona sur del centro, junto al aparcamiento, y se trata de un espacio rectangular delimitado por una valla de madera, con espacios ajardinados y un huerto circular central de carácter didáctico.