La tradición de salir a pedir dulces en Halloween tiene consecuencias nutricionales negativas para los niños, dado que se produce un alto consumo de dulces, compuestos solamente de azúcar. Según explicó Zulma Huanca, jefa de la Carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de Tarapacá en Chile, “son calorías vacías que no tienen nutrientes”.
En tal sentido, indicó que una recomendación para los padres es que no sólo se concentren con sus hijos en la recolección de dulces sino que también intenten fomentar el consumo de frutas y verduras: “Con un plátano podemos crear unos fantasmitas, con las mandarinas puedo hacer simulaciones de calabaza, con las palitos de verdura se puede recrear formas de escobitas de brujas, y así ver el lado como más entretenido y no de consumo de azúcares propiamente tal sino de hacer cosas más didácticas”.
Otra recomendación es que si los niños van a consumir chocolate, los padres se deben fijar en que el porcentaje de cacao sea mayor a 65% o que coman barritas de cereal con las que se pueden crear fantasmitas o momias. También es una buena alternativa, según la especialista, cocinar galletas ocupando ingredientes más saludables “como por ejemplo mezclando harina integral con harina refinada 50 y 50, lo que va a permitir que el niño consuma un tipo de variedad mucho más amplia de productos reduciendo así el consumo de dulces”.
Otra idea, dijo, “es usar los lápices que me permiten dibujar sobre los alimentos que no van a dañar la salud y con ellos, utilizando unas manzanas verdes, se pueden confeccionar unos frankenstein que también son entretenidos y bonitos; y con pan de molde, queso, tomate, puedo hacer especie igual de fantasmitas”.
Efectos en los niños del consumo de azúcar
Respecto de las consecuencias que tienen para los niños el alto consumo de azúcar, la nutricionista detalló que “la más frecuente son las caries dentales, porque los niños van a consumir los dulces en la noche y si no hay una buena higiene está el riesgo de aquello”. Además, indicó que “contribuye al sobrepeso y a la obesidad porque los dulces que se consumen son altos en calorías y bajos en nutrientes”.
Huanca, explicó también que otro de los efectos es “la hiperactividad en los niños, a algunos los dulces les afectan más que a otros y también va a depender de la cantidad que ellos vayan a consumir por el exceso de azúcares que tienen estos”. Asimismo, advirtió que “se pueden producir problemas de atención o concentración si es que los consumen cuando están en horarios de clase o cuando tienen que hacer alguna tarea. A esto se suma la hiperactividad que provoca el consumo de azúcar.