Científicos de la Universidad de Granada han demostrado que un programa de ejercicio de cinco semanas, basado en la disciplina Zumba Fitness, mejora la calidad de vida en trabajadores universitarios inactivos, especialmente el aspecto emocional, y la mayoría de estas mejoras podrían mantenerse hasta 2 meses después.
La investigación, publicada en la revista Health Education Journal, fue llevada a cabo en trabajadores inactivos universitarios y consistió en implementar una breve intervención de ejercicio basado en el famoso programa de centros deportivos fitness y wellness, Zumba Fitness®, con el objetivo de investigar su repercusión en la calidad de vida de los participantes a corto y medio plazo.
Las jornadas laborales actuales de ámbito público universitario abarcan un horario de 8 horas con tareas predominantemente sedentarias, aumentando así el tiempo sedentario total diario y, por lo tanto, constituyendo un factor de riesgo potencial para la salud de esta población.
En este sentido, es necesario en este sector laboral desarrollar intervenciones para la mejora de la salud, la promoción de hábitos de vida saludables y la calidad de vida en general a través de programas de ejercicio novedosos y atractivos.
La calidad de vida es un concepto amplio que abarca diversos aspectos de nuestra vida, concretamente se divide en 8 importantes dimensiones: social, emocional, estado físico, dolor corporal, funcionamiento físico, vitalidad, salud mental y estado de salud general.
Los investigadores de la Universidad de Granada Yaira Barranco Ruiz y Emilio Villa González, encabezaron este estudio piloto durante cinco semanas junto con un equipo de investigadores internacionales de la Universidad Nacional de Chimborazo (Ecuador).
El programa de ejercicio físico se realizó durante 3 días a la semana y al finalizar la jornada laboral, mediante clases de una hora instruidas por un técnico certificado ZIN (Zumba Fitness Instructor) y Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Este experimento generó aumentos significativos en la mayoría de las dimensiones de la calidad de vida de los participantes. Es más: incluso dos meses después de que finalizara la intervención, la mayoría de las dimensiones seguían manteniendo niveles por encima de los registrados al inicio del programa.
Además, explican Barranco y Villa, “es interesante resaltar que la dimensión emocional, que era la dimensión con valores más bajos inicialmente, fue la que experimentó valores más altos al finalizar el programa de ejercicio y, por tanto, una mayor mejoría”.
Los investigadores de este estudio piloto han llevado a cabo un nuevo estudio más amplio, con una intervención de 16 semanas correspondientes a un cuatrimestre académico, donde nuevas y diversas variables relacionadas con la salud de los participantes han sido analizadas, como la condición física asociada a la salud, la composición corporal, el perfil metabólico y los hábitos nutricionales.
Los resultados preliminares de este estudio han sido presentados en el emblemático congreso internacional del prestigioso Colegio Americano de Medicina del Deporte: “American College of Sport Medicine: 63th ACSM’s Annual Meeting, 2016 en Boston (Massachusetts, EE.UU) y 64th ACSM’s Annual Meeting en Denver (Colorado, EE.UU).