La pasada semana se realizaron las pruebas de acceso a la universidad, popularmente conocida como selectividad, en la mayoría de los campus españoles. La de este año ha sido una convocatoria con el formato implantado a raíz de la pandemia, caracterizado por una mayor optatividad, pero el modelo va a cambiar. El Ministerio de Educación trabaja en una nueva modalidad de prueba de acceso a la universidad con una estructura, unas características básicas y unos criterios de corrección mínimos comunes para todo el territorio.
La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, ha manifestado que la nueva PAU “es más ágil, moderna y se adapta a la sociedad con el máximo rigor académico y garantizando la igualdad de oportunidades de todos los estudiantes de España”.
Cómo será la próxima selectividad
Los alumnos y alumnas que el próximo curso superen con éxito segundo de Bachillerato y se presenten a esta prueba, se examinarán de cuatro materias (Lengua y Literatura II, Lengua Extranjera II, la materia específica obligatoria de la modalidad cursada y de Historia de España o de la Filosofía), en el caso de las comunidades sin lengua cooficial. En aquellas CCAA con más de una lengua oficial, los estudiantes se examinarán también de Lengua Cooficial y Literatura II (cinco materias en total).
Además, quienes deseen mejorar su nota de admisión podrán examinarse de hasta tres materias más a elegir por el alumno y distintas a las de la fase de acceso, que podrán ser de modalidad, cursadas o no, y la materia común no realizada en la fase de acceso (Historia de España o de la Filosofía).
Tendrán también la posibilidad de examinarse de una segunda lengua extranjera aquellos que la hayan cursado como optativa (en este caso, por tanto, haría hasta 4 exámenes).
Cada ejercicio tendrá una duración de noventa minutos, con un descanso mínimo de media hora entre exámenes consecutivos. El alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo tendrá derecho a tener más tiempo para realizar cada ejercicio, si así lo prescribe su necesaria adaptación y sin que afecte a la duración de sus descansos.
Cómo serán los criterios de corrección
La normativa, que emana de la Ley de Educación, concreta las características básicas de los ejercicios que componen la prueba de acceso y regula unos parámetros comunes para la evaluación del alumnado. Para cada ejercicio, deberán existir unos criterios objetivos de corrección y calificación previamente aprobados.
Estos criterios incluyen la valoración de la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos, así como su presentación, que supondrá al menos el 10% de la calificación de cada pregunta o tarea que implique la redacción de un texto.
Las comisiones organizadoras de las pruebas asegurarán la aplicación de criterios específicos de corrección y calificación, así como la aplicación de un mismo procedimiento de revisión en todo el territorio.
Cómo se calculará la nota
En cuanto a las calificaciones, no hay ningún cambio. La nota de la prueba se calculará haciendo la media aritmética de cada uno de los ejercicios. Será un valor entre 0 y 10 puntos con tres cifras decimales y la nota mínima es un 4. La nota de acceso a la universidad se calcula sumando el 60% de la nota media normalizada de Bachillerato y el 40% de la calificación de la prueba de acceso. También tendrá un valor de 0 a 10 con tres decimales y la mínima necesaria será un 5.
En la fase de admisión se sumarán a esta nota de acceso las dos mejores calificaciones ponderadas de las materias que cada universidad determine.
Andalucía se muestra disconforme porque no habrá homogeneización
El consejero de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, José Carlos Gómez Villamandos, ha mostrado su malestar con la reciente aprobación de la nueva Prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PEvAU) por parte del Gobierno central. Gómez Villamandos ha denunciado que la decisión se ha tomado sin consultar a las comunidades autónomas, a pesar de que son ellas las encargadas de implementar la prueba.
Gómez Villamandos ha subrayado que la intención no es endurecer la PEvAU, sino hacerla más justa, homogénea y armonizada en todo el país. El consejero ha lamentado que el Ejecutivo haya impuesto esta modificación sin diálogo y ha destacado que Andalucía, junto con otras comunidades, no está de acuerdo con la medida.
El consejero ha insistido en que la reforma no logrará la homogeneización anunciada por la ministra de Educación, Pilar Alegría. Según Gómez Villamandos, la única modificación real es el cambio de nombre de la prueba a PAU, además de imponer un mínimo del 10% sin determinar cómo se aplica o si hay un número máximo permitido de faltas de ortografía, lo que no contribuye a la uniformidad.
Ha apuntado que las comunidades gobernadas por el PP “llevamos cinco meses trabajando en un documento que nos permita alcanzar homogeneidad en criterios formales y académicos”. El consejero ha invitado al resto de comunidades autónomas y al Gobierno central a hacer el trabajo entre todos porque “la educación es un tema de Estado”.
Gómez Villamandos ha insistido al Ministerio para que considere las propuestas de las comunidades autónomas y se trabaje conjuntamente en el desarrollo de un sistema de evaluación y acceso a la universidad común para todo el país. Ha enfatizado la importancia de escuchar a Andalucía, que cuenta con el primer sistema universitario público de España y casi 53.000 estudiantes inscritos en la PEvAU.
El consejero ha reiterado la necesidad de una prueba con criterios comunes, en lugar de 17 distintas, para asegurar la equidad y la comparabilidad en el acceso a la universidad en toda España.