Almería necesita talento

    "Hoy el dinero corre detrás de las ideas". Es una frase que repite hasta la saciedad el presidente del Consejo Social de la UAL Joaquín Moya Angeler, y que va a marcar la diferencia en los próximos años de las sociedades desarrolladas. Este mes el campus de la Universidad de Almería va a celebrar una Feria de las Ideas, un foro con el que se quiere empezar a poner en valor el conocimiento que se genera entre la juventud más formada de Almería, la universitaria, que a corto plazo le tocará liderar el desarrollo de esta provincia. 

     

    Es algo que sabe muy bien la empresa almeriense Cosentino, y por ello ha puesto en marcha un programa de becas para buscar líderes que tiren del carro de esta anquilosada tierra hace tan sólo unos años. Becas que sufragarán los gastos de dos estudiantes en centros de primera división a nivel mundial. 

    Tras el éxito de la primera convocatoria la Consejería de Innovación también ha puesto en marcha una segunda edición de las becas Talentia. Un programa que, al igual que las becas de Cosentino, pretende formar a los líderes de la Andalucía del siglo XXI y en la que han sido seleccionados cinco almerienses en su primera edición, todos chicas, con el compromiso de que tras la finalización de sus estudios regresen en Andalucía a poner en valor el conocimiento adquirido. Se pretenden sentar las bases de un desarrollo que esté impulsado por el conocimiento autóctono frente al basado en la implantación de multinacionales que en muchos casos está desembocando en deslocalizaciones traumáticas. 

    Como en el siglo pasado emprender no es fácil. Pero lo que sí es cierto es que nunca como ahora se han dado tantas circunstancias favorables para poner en marcha un proyecto viable. Nunca han existido tantas becas, certámenes empresariales, como los premios Universidad de Almería a Iniciativas Emprendedoras, ni tanta oferta de formación. Muchas veces no se trata de descubrir la penicilina, ni de ser los primeros en hacer algo. Simplemente se trata de hacerlo mejor.

    Otras veces el talento viene de fuera y no se aprovecha. El estudio La inmigración en Andalucía: una visión desde el siglo XXI, realizado por el Centro de Estudios Andaluces, pide que se empiece a rescatar a «cerebros» extranjeros de trabajos de baja cualificación para incorporarlos a puestos especializados en nuestro sistema productivo. Si Estados Unidos importa informáticos indios y contrata a los mejores cerebros del mundo ¿Por qué nosotros tenemos que desaprovechar a un ingeniero trabajando de camarero, o a un médico de peón de la construcción? 

    Un tercio de los trabajadores inmigrantes de la Europa del Este, y de algunos países sudamericanos, tienen título universitario. Son profesionales cualificados en cuya formación no hemos invertido un euro, y que no aprovechamos por desconocimiento, recelo de los profesionales autóctonos, o simplemente por las dificultades a la hora de homologar sus titulaciones en España. 

    Desaprovechar el talento autóctono y foráneo puede pasarnos factura cuando la riqueza de las sociedades modernas ya no se mide en recursos naturales, sino en conocimiento. Talento que será esencial no ya para crear el «Syllicon Valley almeriense» que ha propuesto el Foro Ciudad, sino para mantener el nivel de desarrollo que nos ha sacado del ostracismo. 

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