El pasado minero y el potencial que esa herencia representa en el tiempo actual han sido protagonistas en la jornada de hoy, 9 de junio, en el seminario ‘El legado minero: historia, patrimonio y recurso’, integrado en los Cursos de Verano de la Universidad de Almería (UAL). En este foro, el catedrático del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia, Miguel Pérez de Perceval, ha puesto de relieve la necesidad de “conectar investigación y aprovechamiento” del patrimonio minero de Almería, así como a “la defensa de estos recursos”, para lo que hace falta “su reconocimiento e inversión”.
“Es normal que se trabaje ese pasado minero tan rico, sobre ese patrimonio que han dejado siglos de explotación de los recursos, y, en ese sentido, quiero felicitar a Fondón, porque es un sitio emblemático y tiene mucho sentido que se organice aquí el curso, ya que aquí empezó un poco la minería moderna de la Sierra de Gádor”, ha dicho Pérez de Perceval. Una de las muestras más claras es ‘Presidio Andarax’, ahora Fuente Victoria”, precisamente motivo de una de las visitas organizadas por la dirección en la programación de curso y conducida en la tarde del lunes por Ángela Suárez, de ‘Atrévete a Saber’.
De hecho, Pérez de Perceval se ha mostrado muy satisfecho de la reunión de especialistas que han logrado Sánchez Picón y Castro, “conocen a los profesionales, a los que trabajan sobre estos temas, y han salido elegir un buen elenco para dar contenido al curso”, en su caso concreto exponiendo una trayectoria de investigación muy extensa: “Mi ponencia ha tratado fundamentalmente de nuestro trabajo de bastantes años en el grupo de minería, y de hecho encadenamos proyectos del Ministerio desde 2011”. Se trata de “casi cincuenta investigadores de toda España” integrados en el equipo de la Red Española de Historia del Trabajo, siendo especialista en la historia de la minería española contemporánea en sus diversos aspectos: producción, comercialización, actividad empresarial, tecnología, salarios, organización laboral, niveles de vida, patrimonio y efectos medioambientales de la misma.
Este catedrático ha explicado “cómo hemos organizado esa transferencia de conocimiento de todo lo que hemos investigado: muchas veces se queda en artículos, libros, algunos en inglés, fuera de nuestras fronteras, y no repercute en el territorio, así que hay varios elementos que hemos puesto ahora para que lo que hacemos sirva de algo más, para que no sirva simplemente para incrementar un conocimiento sin que se ponga en valor una serie de recursos”, textualmente. Ha detallado que “fundamentalmente son elementos de transferencia, de conectar la universidad, la investigación, todo lo que hemos trabajado sobre estos temas, con lo que debe ser un aprovechamiento y una puesta en valor, una reutilización, y también, por qué no decirlo, una defensa de esos recursos”.
Ha recordado que “en la actividad minera contemporánea en España, en cierto sentido, hay muchos elementos comunes, formas de trabajar, riesgos, peligros, efectos externos, actividad empresarial…, es decir, minerías diferentes que tienen muchas interconexiones y comparten muchos elementos”. Dicho esto, las acciones son clave: “Una cosa básica que se hace es el intento de recuperación de ese patrimonio para el disfrute de la sociedad actual, sabiendo que la cuestión es que la puesta en valor es un trabajo a largo plazo, un trabajo que requiere inversión, que requiere reconocer los elementos”. Una muestra, “la Geoda Gigante de Pulpí no se ha hecho de la noche a la mañana, sino que lleva bastantes años, desde principios de siglo, organizándose e invirtiendo”.
Miguel Pérez de Perceval ha dejado claro, en esa línea, que “se necesita invertir, se necesita conocer, se necesita interconectar”, y ello en el camino de que “fundamentalmente lo que hay que hacer es poner en valor, pero también esa puesta en valor es saber cómo se tiene que ejecutar, compartir experiencias, y también otro elemento que muchas veces se descuida: conectarse con la sociedad, con los que viven en esos territorios, y saber ligar sus preocupaciones con el aprovechamiento de ese entorno del que se goza en muchas localidades”. Ha reconocido que esta misión “es algo compleja”, añadiendo que “no se puede proteger todo, no es posible aprovechar todo, y es una pena, porque progresivamente se va degradando, aunque al menos se puede guardar un recuerdo, pero por otra parte sí, es importante dar pasos para que ciertos elementos no se pierdan y se puedan aprovechar no solo turísticamente, sino darle a la imaginación, buscar nuevas formas de reutilizar y dar valor a todo ese inmenso patrimonio minero que tenemos”.