La iglesia de la pequeña barriada nijareña de Huebro ha recuperado su esplendor después de una restauración que ha durado un año. Huebro, pequeña atalaya sobre Níjar respira un aire puro como pocos; su situación, el enclave en el que se encuentra y lo entrañable de su forma hacen de esta barriada un lugar desde el que observar el paso del tiempo. Un entorno rico en agua y molinos que, con el paso del tiempo, ha perdido habitantes al tiempo que ganaba encanto. Este domingo, autoridades civiles y religiosas acompañarán a la pequeña localidad en la inauguración de la restauración que consiste con las fiestas de esta aldea situada en lo alto de la montaña.
Un año completo ha durado esta restauración, el doble del tiempo previsto inicialmente. Según manifestó el Concejal, Rafael Salvador, la mayor parte del retraso se ha debido al mal estado de la cubierta de la nave. “Tardamos más de lo previsto en iniciar la obra porque el techo era de chapa de Uralita, un material que por su contenido de amianto ha sido prohibido en usos residenciales, y su desmontaje sólo pueden hacerlo empresas especializadas”.
Ahora, el techo luce impecable con una estructura de madera y teja árabe completamente renovada. Las humedades de las paredes han sido saneadas y se ha instalado una solería nueva.
El Ayuntamiento ha aportado el proyecto y la dirección de obras, además, de la nueva instalación eléctrica y la pintura de toda la ermita.
Aprovechando esta renovación, se ha dotado al templo de accesibilidad para personas con discapacidad física, se han recuperado las carpinterías y el retablo ha sido tratado con fungicidas.
Hoy comienzan las fiestas y ya está todo a punto para que el Obispo de Almería presida la inauguración el domingo 4 de octubre a las 12:00h.
La Concejalía de Obras Públicas también ha colaborado en diversas mejoras en templos del municipio. En la iglesia de Campohermoso se ha invertido en nueva instalación eléctrica, pintura, sonorización, instalación de aire acondicionado y otros trabajos menores de embellecimiento.
