Las personas mayores de 70 años han tenido una menor respuesta a la vacuna contra la Covid-19 desarrollada por la farmacéutica Pfizer. Esta realidad fue constatada en los estudios previos, pero hasta ahora no se sabía bien por qué ocurría en el sistema inmune, para que aceptara mejor esta vacuna que las otras que llegaron al mercado. Ahora, un equipo de investigación del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) ha dado con la clave y ha definido los defectos inmunitarios que lo explican.
El equipo científico ha establecido como objetivo principal estudiar los patrones inmunológicos que se asocian a una menor respuesta a la vacuna SARS-CoV-2 BNT162b2 mRNA, comúnmente conocida como la vacuna de Pfizer. Concretamente, estas determinaciones se han realizado en personas mayores con una media de edad de 73 años, en comparación con donantes jóvenes (media de edad de 29 años).
Ezequiel Ruiz-Mateos, junto con los científicos colaboradores de este proyecto, analizaron la respuesta tanto a la primera como a la segunda dosis de la vacuna de Pfizer en los dos grupos de estudio, midiendo los niveles de anticuerpos y respuesta T específica del SARS-CoV-2, donde observaron una menor respuesta y de menor calidad en personas mayores. Para estudiar los posibles defectos inmunológicos asociados a la menor respuesta, analizaron distintos tipos de células de la inmunidad innata (responsables de proteger a las personas frente a las infecciones de manera no específica) y células de la inmunidad adaptativa (células con capacidad de adaptarse con el tiempo para reconocer patógenos específicos de manera más eficaz).
El papel de los linfocitos T
Por un lado, con respecto a la inmunidad adaptativa, estudiaron los linfocitos T, principales responsables de la respuesta celular específica a la vacuna. El estudio ha observado que un peor funcionamiento del timo (órgano donde se desarrollan los linfocitos T), provoca un desajuste en las proporciones de las distintas poblaciones de linfocitos T, este hecho se relaciona con una peor respuesta a la vacuna frente al SARS-CoV-2 en personas mayores. Además, las personas mayores también mostraron un mayor grado de activación y proliferación de linfocitos T antes de la vacunación, dificultando una respuesta óptima de estos linfocitos T después de la vacunación.
Por otro lado, los científicos responsables de este proyecto de investigación también estudiaron distintas células de la inmunidad innata, incluyendo células dendríticas y monocitos. Las células dendríticas tienen un papel esencial en la modulación de la respuesta inmune adaptativa, especialmente la respuesta de los linfocitos T.
En este estudio han observado que los donantes mayores mostraban células dendríticas con menor capacidad para activarse y producir citoquinas (proteínas cuya función es organizar la respuesta inmunitaria), además de una menor capacidad de migración a distintos tejidos o zonas afectadas. Estos defectos en las células dendríticas estaban asociados a una peor respuesta T específica de la vacuna frente al SARS-CoV- 2. Por último, se analizaron los monocitos, unos de los principales responsables de las reacciones inflamatorias. Los resultados de este estudio mostraron un perfil más pro-inflamatorio en monocitos de personas mayores, lo cual se relacionaba también con una menor respuesta a la vacuna de Pfizer.
Por qué se producen reinfecciones
Los autores de este trabajo postulan que estos defectos inmunológicos, junto con la aparición de nuevas variantes, son los responsables de que se produzcan reinfecciones en las personas vacunadas y que éstas sean más frecuentes en las personas mayores. Por lo tanto, la información obtenida de este estudio podría contribuir al desarrollo de nuevos prototipos de vacunas más efectivos enfocándose en corregir los distintos defectos observados tanto en el sistema inmunitario adaptativo como en el innato, además de contribuir a la mejora de nuevas estrategias de vacunación, sobre todo en poblaciones vulnerables como las personas mayores.