Los clásicos también son divertidos

Tras la reflexión ofrecida por los Clásicos en el Parque el viernes con Nuevo Contemporáneo, el sábado fue su contrapunto con la alegría y la fantasía de los tradicionales cartoons. El público acudió a la llamada del Castillo de los Escullos y se congregó en familia: un espectáculo para todos los públicos, lleno de guiños y bromas.

El cine de animación de los años ’30 y la música de Raymond Scott sirvieron de eje en el tercer concierto del 7º Festival Clásicos en el Parque, una propuesta original y divertida del sexteto Racalmuto que brilló bajo la luna llena que bañó el patio del Castillo en la noche del sábado.

Betty Boop, Bosko, el primer Disney, los hermanos Marx y Búster Keaton corretearon por la pantalla instalada entre los muros de la fortaleza defensiva, a tan solo unos metros de los músicos de Racalmuto, seis maestros con una gran calidad y dilatada carrera en los terrenos jazzísticos, popular y clásico.

Miguel Malla (saxo), Marco Crecí (clarinete), Pascual Piqueras (trompeta), Javier López (piano), Pablo Navarro (contrabajo) y Daniel Parra (batería), hicieron vibrar, entre sonrisas, a un público fascinado por la simbiosis de la música y el perfume retro y lleno de encanto de las imágenes.

Más de una hora de estímulos musical y visual que nos envió a casa –o a continuar la fiesta- con esa sonrisa amplia que se imprime en el rostro cuando uno recobra lo más inocente de sí.

 

 

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