El Museo de Adra tiene un pieza más. Se trata de un ánfora púnico-fenicia de los siglos IV-III a. C. donada por la familia Octobón para la exposición permanente del museo de la localidad del Poniente y que se suma al material arqueológico, médico y piezas encontradas en el cerro de Montecristo. El ánfora ha sido cedida desintaresadamente por esta familia y es una pieza de gran valor arqueológico que engrandece el patrimonio arqueológico del municipio.
De hecho, y según se aporta en la ficha técnica de la donación está ánfora data del siglo IV-III a.C. y procede del Cerro de Montecristo. La pieza fue restaurada y puesta en valor por Robert Octobon, miembro de la familia que ha hecho efectiva la cesión de la misma al consistorio abderitano. Esta ánfora cuenta con unas medidas de 470 Mm. de altura, 380 Mm. de diámetro máximo y 13 Mm. de diámetro de la boca de la misma.
La alcaldesa de Adra, Carmen Crespo Díaz, ha querido mostrar su “agradecimiento a la familia Octobon por esta cesión, pues, al igual que otras piezas donadas por otros vecinos y abderitanos, supone un importante revulsivo al patrimonio cultural de la ciudad”. Y es que, según dijo, “todas ellas tienen un gran valor arqueológico y forman parte de nuestra historia”.
De ahí que no dudará, la alcaldesa en afirmar que “estamos orgullosos de ver como familias, como Octobon o personas como Daniel Saura Pont, que recientemente también donó varias piezas al consistorio, quieran contribuir, con sus cesiones desinteresadas, a la difusión de la historia y cultura abderitana. Uno de los objetivos que nos marcamos cuando llegamos al Ayuntamiento es rescatar y poner en valor la historia de Abdera, uno de los pueblos más antiguos de la provincia con casi 3.000 años de historia”.
Unas piezas que, según ha podido comprobar la alcaldesa en su visita al Museo, han sido ya inventariadas y catalogadas y, por tanto, “forman parte ya de la exposición permanente que hay en el Museo, la cual sigue creciendo para aportarnos más detalles del rico pasado de Adra, así como el legado que la ciudad ostenta, pudiendo el visitante ver desde distintas piezas de material quirúrgico, hasta monedas de la época romana, vasijas, fósiles, un hacha de piedra un candil de piquera almorávide, del siglo XII y una Lucerna romana. Hecho éste que le aporta un gran valor histórico”, apunta Crespo.