Este miércoles, 27 de julio, se ha clausurado el Curso de Verano ‘La recepción de la LIJ: el álbum ilustrado y la poesía infantil en la formación lectora’, desarrollado en el Centro de Cultura de Cajamar. Durante tres días expertos en la materia han debatido y analizado el papel de estos dos géneros literarios en la actualidad. Una de las principales conclusiones ha sido que es necesario que la poesía infantil cobre más protagonismo.
“Hay muchos poetas que estamos concienciados de que los niños deben leer poesía y a pesar de que desde el punto de vista comercial y desde el punto de vista de la lectura es más denostada que la narrativa, hay que seguir escribiendo y seguir adelante”, explica Ana María Romero, poeta y maestra, que ha participado en una mesa redonda ‘Escribir poesía para niños y jóvenes’. Romero indica que para fomentar la lectura de poesía entre los niños “lo primero es que tanto padres como maestros, es decir, todos los educadores, tomen conciencia de la necesidad de la poesía. Desgraciadamente vivimos en un mundo demasiado prosaico y si a los niños se les acostumbra a la visión poética desde muy pequeños, quizás tendrán otra postura ante la vida. Y de eso tienen que ser conscientes los padres y educadores. Cada uno desde su parcela: el padre poniendo a su alcance los libros de poesía, el maestro trabajándola en la escuela y haciendo que vean la vida con otros ojos poéticos distintos al prosaísmo que nos rodea”.
Esta opinión ha sido compartida por Antonia Ródenas, poeta y educadora, que también ha participado en la jornada de hoy de este Curso de Verano. “Realmente hay una necesidad de que se fomente más, de que se tome más conciencia de la importancia que tiene la poesía desde las primeras edades. Si realmente hubiera un trabajo desde la base y se fuera trabajando la poesía y se le diera más importancia, posiblemente, se podrían eliminar otras cosas que se toman como conceptos muy importantes. Así la poesía podría convertirse en algo que estuviera totalmente dentro de los niños, de la que tuvieran plena conciencia”.
Ambas escritoras coinciden en que a los niños les gusta y que cuando se trabaja con ella en clase obtienen my buenos resultados. Para Ana María Romero la clave del éxito de una buena poesía infantil está en “ser fresca, porque escribir para niños es escribir un poco desde el niño que todavía lleva uno dentro. Tiene que ser una explosión de sentimientos y cuanto más espontánea y más rápida sale, es más auténtica. Tiene que tener esa frescura que tienen los niños y esa espontaneidad”. A eso, hay que sumar, señala Antonia Ródenas, “que sea buena y esté hecha con dignidad. Una poesía que tiene un rimo, una cadencia, engancha”.
Este Curso de Verano dedicado al álbum ilustrado y la poesía infantil y juvenil ha sido clausurado con la ponencia ‘De poesía y álbum: compromiso, estética y canon’, impartida por Ramón Llorens, profesor de la Universidad de Alicante.