La Universidad de Granada defiende un modelo de financiación en el que se tengan en cuenta los resultados y la calidad. Así lo ha expresado, hoy, la rectora, Pilar Aranda, en un encuentro con periodistas, en el que ha hecho balance de su primer año al frente de la universidad granadina.
Pilar Aranda ha defendido la posibilidad de reformar la forma en que se financian las universidades andaluzas, porque la fórmula basada en el número de alumnos ha quedado “obsoleta”.
La UGR, según ha explicado su rectora, es una universidad “más cara” por el elevado número de catedráticos y de sexenios, que incrementan el Capítulo Uno del presupuesto universitario, destinado a cubrir los gastos de personal.
Además, una universidad “investigadora” necesita también un volumen mayor de fondos, por las infraestructuras que se necesitan para el desarrollo científico de los diferentes grupos.
Pilar Aranda ha expresado la necesidad de que el nuevo modelo sea fruto de una decisión política de la Junta de Andalucía, y que no sean los rectores de los campus andaluces quienes se tengan que pelear por los fondos.
Que se haga un reparto adecuado para todas las universidades, que tenga en cuenta las necesidades de cada una de ellas y también tenga en cuenta sus características, ha defendido la rectora granadina.
En cuanto al estado de las cuentas de la UGR, la rectora ha destacado cómo en tan solo un año se ha conseguido reducir la deuda que la Junta mantiene con ella en 140 millones, de los 169 a la que ascendía hasta hace tan solo un año.
Crecimiento de la UGR
La Universidad de Granada ha registrado un descenso en el número de estudiantes de grado, una circunstancia que Pilar Aranda ha achacado a la situación demográfica, por eso ha defendido que el crecimiento de la Universidad de Granada debe ir enfocado a los programas de postgrado, una parcela en la que ya se lleva un camino ascendente.
La internacionalización, la atracción del talento emigrado y la colaboración interuniversitaria entre los campus andaluces son tres de los pilares de la senda que debe tomar tanto la Universidad de Granada, como el resto de las diez universidades andaluzas.
La rectora no ve adecuado que universidades de provincias limítrofes se peleen por los alumnos, más bien lo contrario, ya que deben establecerse líneas de colaboración de las que salgan títulos conjuntos como dobles grados o programas reconocidos por varios campus, y que pongan en valor las potencialidades de cada uno de ellos.
Otro de los aspectos abordados por la rectora ha sido la relación entre la investigación y las empresas. Ha defendido que la Universidad debe generar conocimiento que haga avanzar a los sectores productivos y aportar soluciones innovadoras, que contribuyan a favorecer el desarrollo económico y social.
El encuentro con los periodistas ha sido distendido y ha permitido conocer el nuevo espacio de, un edificio que “ya se ha quedado pequeño” y que viene a representar una relación nueva de la Universidad con la ciudad de Granada.