La familia, la salud y el tiempo libre centran el XII Congreso de Inmigración

presentacion-xii-congreso-de-inmigracion.jpgLa salud, la familia y el tiempo libre son las líneas principales del XII Congreso de Inmigración que, del 22 al 25 de abril, se desarrollará en la Universidad de Almería. Este congreso está organizado por el Laboratorio de Antropología Social y Cultural de la UAL, es el más veterano, con doce ediciones, y el único que del país de carácter anual. A lo largo de cuatro días, expertos de diferentes áreas como la sociología, la antropología, la demografía o el derecho analizarán la inmigración. 

Para el director del Laboratorio de Antropología Social y Cultural de la UAL, Francisco Checa, este congreso tiene la particularidad de “abordar un ámbito concreto de la inmigración desde diversas áreas, para tener una visión más amplia del tema”. En esta edición del congreso se ha optado por ver la inmigración desde el punto de vista de la salud, la familia y el tiempo libre, porque “la salud es un estado de bienestar que se refleja en el comportamiento propio, en el entorno, en la convivencia con los demás”, explicaba Francisco Checa. Han unido el concepto de salud con el de tiempo libre y familia porque “sólo una persona saludable utiliza el tiempo libre, participa en su tiempo libre y tiene a la familia como generadora de estabilidad, de salud”, continúa Checa.

La inauguración del congreso correrá a cargo de la consejera de Salud, María Jesús Montero, la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, el secretario de Estado de Salud, Francisco Martínez Olmos, y el rector de la UAL, Pedro Molina. El congreso también cuenta con una exposición fotográfica y la gala de entrega de premios del III Certamen Internacional Traspasando Fronteras. La inscripción se puede realizar todavía a través de internet en www.lasc.es, donde encontrará toda la información.

Francisco Checa abogó por la participación de los inmigrantes dentro de la sociedad como una de las formas principales de lograr su integración en la sociedad, en una entrevista mantenida con Novapolis.es.

La inmigración es un fenómeno asentado en la sociedad actual,sin embargo ¿qué retos plantea actualmente para la sociedad?

Hoy día, la inmigración no es un fenómeno que pueda quedaraislado de la situación de crisis que nos invade. La inmigración no tiene retosdiferentes a los que tenía tiempo atrás. Lo que ocurre es que en una situaciónde crisis como la actual y dado que la mayoría de la población inmigrada noestaba absolutamente normalizada o normalizada, a la población inmigrante leacecha el problema de la exclusión social de una forma más acusada aún.

¿Qué se puede hacer?

Hay que estar más vigilantes desde las administraciones y lasociedad porque puede que busquemos chivos expiatorios: es decir, alegar excesode mano de obra, gente que nos ha quitado puestos de trabajo, personas queahora luchan por las mismas migajas del estado del bienestar, personas queahora están cobrando la prestación por desempleo y se piensa que ya no hay paratodos, etc. Estas situaciones pueden provocar actitudes racistas y xenófobaspor parte de la población autóctona.

¿Se puede decir que un buen comienzo sería el trabajo por lanormalización de este sector poblacional?

Seguramente sí. La población inmigrada en nuestro entorno noestaba aún bien asentada, normalizada, estaba ocupando los nichos laborales quele dejaba la población autóctona. Ahora es un redoble de vigilancia para que noocurra una mayor exclusión, más brotes de racismo y mayor rechazo. El reto esseguir luchando por integrar a estas familias, con los mismos derechos ydeberes del resto de la población. Es una población en riesgo de exclusión, ensituación de indefensión, que les lleva a ser más propicios para que ensituaciones de crisis puedan verter sobre ellos los desmanes de la sociedad.

La actual situación de crisis ha provocado cambios como lavuelta al invernadero de trabajadores de la construcción, ¿puede esto generarconflicto?

Eso demuestra que los inmigrantes no han quitado ni un solopuesto de trabajo a los autóctonos, sino que les han permitido ascender en laescala laboral. La población inmigrada ha posibilitado un mayor acceso de lamujer al trabajo, ha permitido un mayor acceso de los mayores de 40 años almundo laboral, ha permitido un mayor acceso al mercado de trabajo de losjóvenes y ha posibilitado un ascenso en el mundo laboral de quienes yatrabajaban. Esto es fácilmente demostrable estadísticamente.

La inmigración, por tanto, aunque a muchos le pese, ha sidobuena para todas las capas de la sociedad, ¿no?

Quienes estaban trabajando en puestos de poca consideraciónsocial han podido dejarlos porque han sido ocupados por inmigrados. Ha habidoun mayor acceso de la población autóctona al trabajo y ha habido un mayorascenso en los puestos de trabajo que ya ocupaban.

¿Y en la actual situación de crisis?

Con la crisis los trabajadores que se habían ido a laconstrucción y habían ascendido en ese campo han bajado en la escala y expulsande sus puestos a los inmigrados, que estaban en la capa más baja de la sociedady, en ocasiones, sin regularizar. La conclusión es que la inmigración hapermitido una mejoría en el número y en la calidad del trabajo de losautóctonos y, ahora, cinco o seis años después, están permitiendo que el parose esté cebando en la población inmigrada.

Muchas veces se identifica integración con un puesto detrabajo, sin embargo, es necesaria la participación en la sociedad, ¿cuál es laimplicación de los inmigrantes en la sociedad?

No se ha producido la participación y la integración socialde los inmigrantes. Ésta no debe medirse por el lugar en el que viven y eltrabajo que ocupan, yo creo que el que trabajen en puestos de relevancia opuestos que estén a la vista es importante, pero no tanto como la participaciónsocial. Hay que distinguir entre inserción laboral y la integración conparticipación. Una persona que no participa de los espacios públicos, que noparticipa de las decisiones de la sociedad, ni de los órganos de decisión, sino participa no se puede decir que no está integrado, simplemente vive,convive. Necesitamos que los inmigrantes participen socialmente en las mismascondiciones sociales, políticas, simbólicas, religiosas, culturales.

¿Dónde empieza a trabajarse esta participación social?

La participación comienza a labrarse en los colegios, conlos niños y con sus padres, y en los barrios, con las asociaciones de vecinos.La familiaridad con los vecinos, el intercambio de experiencias lleva a que secuente con ellos para la toma de decisiones en los diferentes órganos de lasociedad.

Hay ocasiones en las que se produce en encontronazo decostumbres como las bodas de niñas con adultos, ¿cuál es su postura alrespecto?¿se puede hablar de un choque cultural?

De entrada, yo no hablaría de choques culturales, a lo sumonos podemos referir a un extrañamiento cultural. No se puede hablar de choquesporque las culturas no chocan, se pueden tener culturas totalmente diferentes yconvivir sin entrar en conflicto. Hay que ser vigilante en los términos y nohablar de choque, porque el hecho de ser diferentes no conduce al choque. Porejemplo, a mí me extraña tanto un fundamentalista islámico como unfundamentalista católico, que también los hay. Como también no deja deextrañarme que una niña de 15 años se case con un hombre de 40.  Pero aparte de cuestiones culturales, lo que se evidencianen estos casos son desencuentros entre los regímenes jurídicos de los países deorigen con los de países occidentales. Ambos son diferentes y en muchasocasiones no casan, como la poligamia, la mayoría de edad de las mujeres, etc.Creo que hay que entender estas situaciones desde un punto de vistalegislativo, que como un conflicto entre las culturas. La sociedad actualutiliza los valores culturales para sancionar lo que nos interesa, sobre todoante la inmigración que no llega de los llamados países hermanos (AméricaLatina), como los africanos, magrebíes en especial.

¿Qué opinión tiene de lo ocurrido este verano en Roquetas deMar?

El caso de Roquetas en las 200 viviendas no fue más que unsuceso de delincuencia común. Lo que ocurre es que cuando se tienenestigmatizadas a ciertas capas de la sociedad se tiende a culpar al colectivoen su conjunto, no al individuo delincuente. Algo que empezó como un acto dedelincuencia común conllevó a un reajuste de la población, en este caso subsahariana,en torno a lo que consideraban como un ataque racista.

Ese acto de delincuencia tomó un cariz mucho mayor, ¿no?

Estos actos delictivos pueden tomar dimensiones superiorescuando hay población marginada entre medias, cuando hay población excluida, porqueeso puede activar actitudes xenófobas, por un lado, y actitudes de repliegue,por otro. La población autóctona puede entender que es un ataque del que hayque defenderse. Por otro lado, la población inmigrada puede replegarse yentender que es un ataque de la población autóctona. Todo esto se mezcla conactitudes racistas, con el desempleo, con la exclusión social y la poblacióninmigrada se une como método de defensa. Se unen en un escudo común contra lapoblación autóctona que les está atacando. Estas situaciones evidencian undesajuste social y económico, más que cultural. Por otro lado, la poblaciónautóctona se puede sentir amenazada y puede desembocar en un conflicto como elque ocurrió en El Ejido el año 2000.

Es paradójico, pero parece que Juan Enciso salió beneficiadotras el caso de El Ejido.

El caso de El Ejido es para estudiar. Cómo un alcalde queinvita a la violencia contra una población ejidense sale reforzado con mayoríaabsoluta. Tú no puedes reforzarte de esas situaciones, hay que tratar deevitarlo. Los dirigentes no pueden echar gasolina al fuego, porque luego lleganunos descerebrados que actúan de forma violenta y generan unos altercados deesa envergadura. 

 

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