La minas de la Sierra de Bédar, muy cerca de Mojácar, se utilizan desde 1525. El mayor desarrollo de explotación llegó en 1858, época en la que se sacaba el mineral de hierro por Garrucha. Tras varios paréntesis las minas fueron definitivamente cerradas en 1970. De aquella época la Sierra ha heredado un importante legado arqueológico industrial. Esta texto invita a conocerlo.
Cogiendo la salida 520 de la E-15/A-7 en dirección a Los Gallardos, al llegar a las primeras casas del pueblo podremos ver un pequeño panel indicador con la dirección para llegar a Bédar, lo que implica cruzar el sentido contrario de la circulación, lo que es ciertamente peligroso.
Una vez tomado este camino y pasado el desvío hacia El Pinar, nos encontraremos a la izquierda con un curioso edificio atravesado por un túnel, la tolva-depósito, lo que nos indica que hemos llegado a la antigua estación de Tres Amigos de Bédar, punto de partida del ferrocarril minero que llevaba el mineral hasta Garrucha. Justo delante de la tolva existe una pequeña explanada donde podemos dejar cómodamente el coche para poder iniciar la exploración de la zona.
Aunque existen algunas minas aisladas en el término de Bédar, como son La Mulata, El Silencio, Cuatro Amigos, etc., es sin duda la ruta que parte de la estación de Tres Amigos (que hemos dado en llamar ruta de las Tolvas) la que recorre la zona con mayor densidad de restos mineros, jalonada de impresionantes tolvas y otras construcciones en piedra, en especial cerca de la bucólica pedanía de Serena, que todavía guarda todo su sabor morisco y que nos llevará por caminos que, a parte del importante patrimonio geo-minero a los que conducen, nos llevan por barrancos de una indudable belleza paisajística.
El itinerario, que se inicia en la estación de Tres Amigos y tolva de la trinchera Villalta, continúa por el barranco del Servalico, siguiendo el antiguo ramal de la mina Santa Catalina hasta Serena, epicentro de la minería en la zona. La ruta se puede contemplar con una visita a la urbanización del Pinar y a los interesantes vestigios de la minería del plomo que, a pesar del desarrollo descontrolado y sin contemplaciones de esta urbanización, todavía se pueden apreciar.
Minas de hierro. Un poco de historia.
Los datos más antiguos nos remontan al año 1525, con la concesión de un privilegio a Lorenzo Galíndez Carvajal para explotar las minas de hierro existentes en las proximidades de Serena, dentro de una política destinada a favorecer la implantación cristiana en los territorios ocupados. Estas minas todavía estaban en explotación en 1569. Aunque se continuó la extracción local de hierro, como indica la existencia de 115 minas en Bédar en 1846, siendo en su mayoría de hierro, no es hasta 1858 que empieza una explotación a mayor escala por parte de la Sociedad Martinete, perteneciente a la órbita de los Orozco, con explotaciones en Serena y la Sociedad Mulata, realizando labores a nivel de la Cueva Oscura, junto a Bédar.
La falta de un transporte adecuado hizo inútil todo intento de explotación, hasta que la Compañía de Águilas, después del fracaso de su lavadero de plomo en El Pinar, toma en arriendo las minas de la antigua Sociedad Martinete, propiedad de la sociedad La Recuperada e instala en 1888 un cable aéreo desde Serena hasta Garrucha, el más largo de España y segundo en Europa en esos entonces.
El vicecónsul inglés en Garrucha, Clifton Pecket, que poseía una serie de minas en Bédar, puso en conocimiento su existencia al industrial vizcaíno Víctor Chávarri y Salazar, al que cede un paquete de minas con la condición de construir un ferrocarril. Este hecho marcará la conocida como invasión de los vizcaínos, creándose las sociedades Minas Chávarri, Lecoq y Cía, y la Sociedad Vizcaína de Bédar, con capital inglés y vasco.
La existencia de un cable aéreo y un ferrocarril hasta Garrucha provocó una oleada de registros en la zona y permitió que pequeños explotadores locales y sociedades explotaran las minas de hierro, utilizando para ello los transportes existentes.
Así tenemos sociedades como Ureña y Trinidad, y la Garrucha Iron Mining Company Ltd.
Durante la Primera Guerra Mundial, la actividad minera se paraliza, pero en 1919 toma nuevo impulso con la fusión de la sociedad de Chávarri y la Compañía en la Sociedad La Unión Bedareña, iniciando un nuevo periodo en el que cobra especial relevancia la explotación de la mina Pobreza.
En la década de los años veinte la actividad se paraliza de nuevo. En 1952 la empresa Hierros de Garrucha, filial de la Duro Felguera, vuelve a abrir las minas, cesando definitivamente la actividad en 1970.
LA RUTA DE LAS TOLVAS
En pocos sitios se puede encontrar una mayor concentración de restos mineros en tan poco espacio. La diversidad de tolvas, planos inclinados, cables aéreos, etc. es consecuencia de la difícil orografía de la zona, que dio muchos quebraderos de cabeza para el transporte de mineral y estériles.
Un aspecto característico y único son las impresionantes tolvas de piedra, que los excepcionales pedriceros de Bédar parecían construir con suma facilidad y que constituyen verdaderas obras de arte de la arquitectura industrial.
1. Tolva de la Trinchera Villalta.
Se trata de la última de las grandes tolvas de piedra construidas, y una de las más impresionantes. A pesar de haber sido utilizada como cantera de piedra para las construcciones de los alrededores, conserva todavía su imponente aspecto. Se encuentra en el primer tramo del ferrocarril Bédar Garrucha, después del túnel del Boliche, que se encuentra tapado, y muy cerca del desvío hacia El Pinar.
Con la creación de La Unión Bedareña en 1919, se desmanteló la parte del cable aéreo desde El Pinar hasta Garrucha y se conectó con el ferrocarril de Chávarri a nivel de esta tolva mediante un tramo de 918 metros desde la Estación de Ángulo de El Pinar. Recogía todo el mineral procedente de las minas a las que daba servicio el viejo cable, por lo que las tolvas eran enormes. Por una serie de compuertas se cargaba el mineral directamente en los vagones del ferrocarril.
2. Estación de carga de Tres Amigos. Tolva Embudo y Tolva Depósito de Tres Amigos.
El ferrocarril minero de Chávarri, aunque estaba ya acabado en 1896, no comienza a funcionar hasta 1897. El transporte de mineral se efectuaba por medio de dos ramales de tren, uno desde la mina Santa Catalina en Serena, y otra desde la mina La Mulata en Bédar. En Tres Amigos se ubicaba la estación de regulación y carga donde confluían ambos ramales.
La vía Mulata llegaba hasta una peculiar tolva en embudo, desde donde se cargaban los vagones del ramal general por una única compuerta, que se situaban en un túnel por debajo de la tolva.
El ramal de Santa Catalina llevaba el mineral hasta la tolva-depósito, desde donde se cargaban directamente en los vagones del tren, la tolva estaba dispuesta para cargar a la vez un convoy de vagones en el interior del túnel y otro en el lateral. No muy lejos de esta tolva se encuentra el chatel o casa gerencia de los Chávarri.
Cumplían servicio en este ferrocarril dos locomotoras 020T Saint Léonard de nombres Mulata y Catalina, para cada uno de los ramales, mientras que en el ramal general hasta Garrucha cumplieron servicio tres 030T Saint Léonard de nombres Bedarense, Garruchera y Mojaquera.
También podemos encontrar los restos de las minas Unión de Tres Amigos y La Gracia, ambas explotadas por la sociedad minera de Chávarri.
3. Tova Cargadero de la Mina Pobreza y Estación de Carga al Ferrocarril.
Se trata del mayor criadero de mineral de hierro de la zona. Situada en la ladera sur del barranco del Servalico, siguiendo el carril del viejo ramal, que se inicia justo al lado de la tolva-depósito. Con una extensión media de unos 400-500 metros de largo por 300 de anchura, llegaba a alcanzar los 12 y 14 metros de potencia, lo que lo convierte en el mayor criadero de mineral de hierro de la zona.
Empezó a ser explotada por la Compañía de Águilas, que instala un cable aéreo para el transporte hasta El Pinar. El mineral era extraído por tres socavones principales. Conforme subimos por el ramal de Santa Catalina podremos observar primero el de Santa Bárbara, junto a las instalaciones del cable, un aljibe, las oficinas y la cuadra y también junto a un pequeño horno de calcinación experimental que tenía la tobera instalada dentro del mismo socavón. Posteriormente y conectados por un ramal minero, encontramos los socavones de San Diego y el de San José, este último ubicado a nivel superior y conectado con el ramal de recogida de mineral por medio de un buzón o resbaladero.
Esta mina fue intensamente explotada durante la Unión Bedareña, periodo durante la cual se desmantela el ramal de cable y se conecta con el ramal de ferrocarril de Santa Catalina mediante un plano inclinado automotor que, desde el vaciadero junto a la entrada de la galería de San José, elevaba el mineral hasta un cargadero-depósito con ocho compuertas junto al trazado de la vía.
4. Tolva de la Mina Alerta.
Ubicadas justo encima y los alrededores del túnel del Servalico, de 200 metros y perfectamente transitable. Se trata de una de las minas más antiguas, demarcada en 1860. Las primeras fases de explotación se localizan en una corta en la parte superior del cerro. Arrendada por el vicecónsul inglés en Garrucha Clifton Pecket, fue explotada por Arturo Lengo, afincado en Serena, quien transportaba el mineral hasta una estación de carga en el cable aéreo de la Compañía, ubicada en la llamada tolva de los Ingleses. Posteriormente la mina fue cedida a la sociedad de Chávarri, quien continúa la explotación con labores subterráneas, transportando el mineral por el ramal de Santa Catalina hasta Tres Amigos.
En la actualidad se observan varios socavones, alguno con entibación de tiempos de Hierros de Garrucha, destacando la tolva de carga ubicada justo a la entrada del túnel del Servalico, por el que se cargaba directamente el mineral en los vagones del tren.
5. Cargadero de la Higuera y Estación de Santa Catalina.
En el inicio del ramal de Santa Catalina y junto al cocherón de la locomotora, encontramos un complejo de carga formado por el cargadero de la vecina mina Santa Catalina, emplazado en terrenos de la Higuera al final de un túnel de 60 metros, recibiendo el mineral por medio de una galería que conectaba con las labores de esta mina.
Este cargadero estaba formado por un depósito con nueve compuertas para la carga en los vagones del tren. Justo en la salida de este túnel, existe un cargadero para el mineral de la mina Higuera. Ésta mina fue otra de las minas explotadas por Arturo Lengo antes de ser cedida a Chávarri. 6. Tolva de Los Ingleses. Ubicada junto a la trinchera Nº 7 (y la primera después del cargadero de Serena), se trata de otra de las monumentales tolvas de piedra para la carga en el cable aéreo del mineral procedente de La Higuera y Alerta, cuando estaban arrendadas a Clifton Pecket durante 1892 y 1893. La Higuera también fue explotada por un tiempo por una sociedad inglesa, como forma de liquidar las deudas que Pecket tenía con esta sociedad. 7. Oficinas de las Cañadicas y el Hoyo Júpiter. Los restos de las oficinas de la empresa Hierros de Garrucha son la puerta de entrada a una de las explotaciones más extensas de la zona, que fue explotada extensamente por la Compañía de Águilas.
En realidad, las labores de esta zona se extienden por varias concesiones mineras, siendo las más importantes las de San Manuel, Porfiado, Júpiter y Mahoma, conectando al norte con las minas Santa Catalina y La Higuera.
El inicio de esta explotación se remonta a 1888, aunque empiezan a realizarse pocillos de exploración y galerías de reconocimiento desde al menos 1885. Las labores fueron inicialmente a cielo abierto en los hoyos de San Marcos y Porfiado en la concesión de Porfiado y las rozas Colorada y Negra en la de Júpiter. Debido al buzamiento de la capa de mineral, que implicaba cada vez la necesidad de realizar mayores desmontes de terreno, se comienzan las labores subterráneas a finales de siglo, extendiéndose hacia el noroeste y hacia el oeste, en la concesión de Mahoma. Las diferentes galerías o sectores solían recibir nombres de santos, que se fueron desarrollando a lo largo de los años; los pozos solían nombrarse con las letras del abecedario, conociéndose la ubicación de algunos de ellos. Debido a lo abrupto del terreno, hubo serias dificultades para hacer los desmontes necesarios y deshacerse de los escombros sin entorpecer la marcha de la explotación, por lo que fueron necesarios la instalación de diversos planos inclinados, galerías de transportes y buzones de los cuales quedan numerosos restos.
La inmensa zona aún fue ampliada a partir de 1952, con las labores de rapiña minera efectuadas por parte de Hierros de Garrucha, que explotaron los pilares de mineral dejados como soporte al norte en la mina Santa Cecilia y al Noroeste la de San Ignacio, provocando su hundimiento.
8. Estación de cable Serena y Plano Grande.
Ubicada en terrenos de la concesión de San Manuel, todavía se aprecian los restos de la antigua explotación, entre los que se encuentran los diferentes elementos de la estación, que datan de época de Hierros de Garrucha, que instalaron un cable aéreo hasta Los Gallardos aprovechando los restos de la antigua Estación del cable que iba hasta Garrucha.La antigua estación de Serena disponía de una tolva de carga, reconstruida posteriormente, y contaba con un almacén y una fragua. A esta estación llegaba el mineral procedente del Plano Grande, de 225 metros, por donde se transportaba todo el mineral de las labores del Hoyo, transporte que fue también recuperado posteriormente por Hierros de Garrucha, por otro lado recibía el mineral procedente de Carabinera, Demasía a Sagunto y pozo Esperanza por la conocida como Vía vulcano, que seguía la ladera del barranco de los Lobos hasta la estación de carga. El tambor del Plano Grande se ubicaba en una caseta en la cabecera y ambos extremos del mismo estaban enlazados mediante un aparato eléctrico. En diciembre de 1888 se instala además de un puente móvil que permitía llevar las vagonetas procedentes del plano a unos 7 metros por encima de la estación de carga, permitiendo así acumular una mayor cantidad de mineral. Durante Hierros de Garrucha, se utilizó un torno para subir las vagonetas a la parte superior del depósito.
Las instalaciones actuales en ruinas corresponden al transformador que alimentaba el motor del cable y una caseta para la locomotora diesel que prestaba servicio en la vía Vulcano.
La mina San Manuel se explotó a vez que el resto de minas del Hoyo Júpiter, contando con 20 hoyos y diversas labores subterráneas con varios socavones y un pozo de extracción principal, el Pozo M. El primero de ellos, Hoyo Nº 1 ó Hoyo Grande, estaba ubicado en el centro de la estación.
9. Estación de Cable a Carabinera. La explotación de la mina Carabinera y algunas labores en Saturno, ubicadas en el río Jauto, representó un nuevo reto para el transporte hacia la estación de Serena. Para solucionar este problema se instaló un ramal de cable aéreo que, desde Carabinera, conducía el mineral hasta la vía Vulcano. El mineral de las canteras ubicadas al NE de Carabinera parece que era transportado hacia el cargadero del cable, aunque existe una roza y algunas galerías poco importantes que dan a la ladera SE del barranco de Los Lobos, que se lanzaba por medio de un vaciadero al lecho del barranco y desde aquí se transportaba hacia la vía Vulcano mediante un plano inclinado (el plano inclinado de Los Lobos) a nivel del vértice de la Vía Vulcano. En este plano se aprecia que usaba la fuerza de la máquina de vapor del cable de Carabinera para subir las vagonetas desde el barranco, gracias a unas correas de transmisión muy largas (60 metros) y unas poleas de transmisión.
10. Castillete del Pozo. Se trata del único castillete conservado en toda la Sierra de Bédar. Ubicado en pleno barranco de la Hoya, en la concesión de Demasía a Sagunto, daba acceso a las labores interiores, conectando con el Hoyo Júpiter.
11. Pozo Esperanza, San Marcial y San Bartolomé. La monumental tolva del pozo Esperanza es una de las más curiosas de todas las de Bédar. Encajada en la ladera del barranco y en forma de medio embudo, efectuaba la carga en su parte inferior por medio de unas compuertas, siendo el origen de la Vía Esperanza. Otras minas en esta zona son las de San Bartolomé o “Pozo de las Palas” que iba a conectar con la vía Esperanza y la mina San Marcial, de la que partía una vía a nivel del lecho del barranco que iba a conectar con la de Vulcano, aunque no queda ningún rastro de ella.
12. Tolvas de Vulcano.
Son otra de las tolvas monumentales que se pueden encontrar en Bédar, ubicadas en la ladera norte del barranco de Los Lobos, aprovechan la pendiente natural de la ladera del barranco para almacenar el mineral. Llamadas así por encontrarse en terrenos de esta concesión, en ella se almacenaba el mineral procedente del Socavón San Pablo (mina de los Lobos) y de la mina Esperanza.Junto a estas tolvas se encuentra un plano inclinado que salva el desnivel existente entre la vía Vulcano y la vía Esperanza, conectando de esta manera esta mina con la estación de carga de San Manuel.