La situación del Manantial de Los Molinos y el Alto Aguas, en Sorbas, es alarmante. La sobreexplotación del acuífero ha hecho que el caudal del manantial se reduzca a tan solo tres litros por segundo, frente a los 40 medidos el año 2000. De seguir el ritmo de extracciones, los expertos piensan que el acuífero quedará seco en dos o tres años.
El profesor de la Universidad de Almería y miembro del grupo de investigación Recursos Hídricos y Geología Ambiental, José María Calaforra, advierte del peligro que corre esta masa de agua subterránea, y lo expondrá este sábado, en una conferencia que se desarrollará a partir de las 16 horas, en el Teatro Villaespesa de Sorbas.
Los problemas de sobreexplotación se remontan a 2005, explica Calaforra, y se han agravado todavía más con la instalación de un olivar en el municipio de Tabernas que toma agua de este acuífero, una realidad a la que la Administración andaluza, competente en la materia, no ha atendido y “extrañamente lo ha consentido facilitando los permisos necesarios”, añade este investigador.
El caudal del Manantial de Los Molinos han menguado sensiblemente. De los 40 litros por segundo registrados en el año 2000 se ha pasado a tan solo tres, según pudo comprobar este investigador de la Universidad de Almería en unas mediciones realizadas hace pocas fechas.
Este experto advierte de que si se sigue extrayendo agua al ritmo actual el manantial quedaría seco en unos “dos o tres años, sinendo optimistas”. Por este motivo José María Calaforra piensa que urge la realización de un estudio hidrogeológico “que permita definir claramente los escenarios hídricos posibles, evalúe recursos y demandas actuales y futuras y aporte soluciones”. Y también recalca que la llegada del agua desalada de Carboneras tampoco sería una solución definitiva al problema, porque aumentaría el precio del agua para regadío, que es la principal fuente de consumo, y los agricultores seguirían utilizando la del acuífero.
El acuífero todavía es recuperable, siempre y cuando cese la explotación. “El problema es el tiempo que tardaría en recuperarse de nuevo el acuífero, sería un proceso que tardaría años, tal vez décadas, dadas las características hidrogeológicas tan peculiares de este manantial”.
La pérdida del acuífero supondría la desaparición de las charcas que albergan la flora y fauna atóctona del Manantial de Los Molinos, del mismo modo que también se perdería el regadío y ganadería que tradicionalmente están ligadas a estas aguas. “Hay que tener en cuenta que se trata de un espacio natural protegido tanto por la administración andaluza como europea”, concluye José María Calaforra.