El Paseo Marítimo de Cabo de Gata disfrutó este viernes de una de las citas estelares del Almería Summer Festival organizado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería. El doble concierto gratuito de dos formaciones de pop rock muy apreciadas por el público, Cyan y Elefantes, que se acercó a disfrutar de sus distintas propuestas musicales.
Cyan es el empuje de la juventud. Arropados por un sólido tercer disco, ‘Delapso’, que prácticamente ejecutaron en su totalidad, la banda liderada por Javi Fernández ejemplificó por qué su trayectoria continúa una curva ascendente pronunciada. ‘Philippe Petit’, ‘Volando Eléctrico’ o ‘Frovocador’ son canciones que sin perder su esencia pop se presentan nerviosas en guitarras y con una interpretación vocal intensa. Ese punto diferencial aleja a Cyan de los convencionalismos del género, situándolos por encima de otros grupos más incorpóreos. También concedieron espacio para recuperar otros temas de su segundo álbum, ‘Historias Para No Romperse’, como ‘Mecanismos Nocivos’.
Momento álgido con el atrevimiento de la noche, su particular versión de un mito como ‘La Leyenda Del Tiempo’ de Camarón de la Isla. Una canción que presentaron con respeto, “siempre nos da apuro interpretar un tema como este y más hoy, aquí, en el sur, al lado del mar”, apuntaron. Una remodelación profunda pero que al final consiguen sacar con entereza. Para el tramo final del concierto se reservaron uno de los singles más aplaudidos de su ‘Delapso’, el combativo ‘Un Colectivo De Raro Propósito’, para posteriormente cerrar con ‘Solo En Una Herida’, donde contaron con la partición del público que poco a poco fue llenando el Paseo, ‘Ballet Mental’ y una poderosa ‘Belva’, donde la técnica dejó paso al descontrol final en un concierto en el que brilló, además de la versatilidad del vocalista con el piano, la ejecución del guitarrista Gorka Dresbaj.
El regreso de Elefantes
La expresión de ‘quien tuvo retuvo’ le viene al pelo a Elefantes. No importa que hayan estado separados ocho años. Anoche demostraron una vez más desde que comenzaran la gira de su regreso que siguen siendo capaces de generar emociones con sus canciones, con esa dualidad de sensibilidad y armonía que Jordi Ramiro, Julio Cascán y Hugo Toscano saben conferir con su música a la personal voz de Shuarma, muy suelto tanto en la expresión corporal como en los momentos en los que se acompañó con su guitarra acústica, bautizada como ‘Ele’.
Su repertorio anoche fue diferente al que viene desarrollando en el resto de la gira, interpretando tan solo cuatro canciones de su último disco, ‘El Rinoceronte’: ‘Escuchar al Viento’, ’10.000 Formas’, ‘Equilibrios’, todas ellas en el primer tramo, y ‘Descargas Eléctricas’, su último single, en la segunda mitad de concierto.
El resto fue un viaje por los pasos de su discografía, con especial protagonismo para su álbum ‘Azul’, lanzado en el año 2000 y que sigue siendo uno de esos imprescindibles. La banda derrochó elegancia rítmica eléctrica en canciones como ‘Somos Nubes Blancas’, con la que abrieron, ‘Abre Más Ancho El Camino’ o la propia ‘Azul’. Pero la mayor conexión con el público llegó con esas canciones en las que muestran la emoción más personal ya sea en su forma más delicada (‘Que Yo No Lo Sabía’ o ‘Cuéntame’), o con los compases cadenciosos con reminiscencias de tango, rumba o vals, como ‘Por Verte Pasar’, ‘Me Falta El Aliento’ o ‘Me He Vuelto a Equivocar’, respectivamente. Sin olvidar las cargas de energía extra que aportan en canciones como ‘Piedad’ o ‘Al Olvido’, con la que cerraron una noche rutilante, con Cabo de Gata y el mar como testigos.
