“Señores, pasen y vean. Suban a bordo de la nave espacial pilotada por el músico granadino Antonio Arias y su espectacular banda de rock que les llevará de viaje por el nuevo Multiuniverso”. De este modo podría haber presentado el protagonista de la noche su espectáculo, un paseo fascinante por la esencia del Big Bang y el vuelo de los astronautas. Soleá Morente, hija del Albaycín, del flamenco más puro de Granada, esperaba tras bambalinas para incorporar al sonido netamente rockero de la banda de Arias su especial toque flamenco, mestizo y mágico, fruto de una voz dulce y profunda.
Poesía astronómica que se volvió palpable con las gafas 3D que a la entrada repartieron a los presentes, un público entregado que aplaudió cada uno de los temas y que obligó al veterano músico, ex componente de 091 y líder de Lagartija Nick, a saludar y agradecer todas las muestras de cariño. Eso sí, sin quitarse ni un instante su peculiar sombrero negro.
Las canciones iban concatenadas. Una tras otra para bordar en el aire del Auditorio Maestro Padilla la esencia de una travesía espacial, la misma que es protagonista de ‘Multiuniverso II’, lo último grabado en estudio del compositor. Cuando los aficionados comenzaban a pedir la presencia de Soleá Morente sobre las tablas, allí estaba ella. Con paso firme avanzó al micrófono y tomando la palabra, se arrancaba con un flamenco con sones rockeros que enamoró al público, demostrando que además de la portentosa voz de su padre y hermanos, la granadina cuenta con una solvencia que la hace adaptarse a la perfección a cualquier estilo musical.
Además, demostró que su conexión con Antonio Arias es perfecta, ya que ambos han trabajado juntos ya, concretamente en el disco ‘Encuentro’, editado en el año 2013 y en el que ella eleva su particular estilo hacia límites extraordinarios.
El espectáculo fue completo y fascinó a los presentes que, al término del mismo, entre vítores y aplausos, no cesaron de pedir a los miembros de la banda que regresaran para continuar con las canciones gracias a las que, por unos momentos, ellos también fueron parte del espacio exterior.