Investigadores de la Universidad de Almería han realizado las propiedades medicinales de los aceites de plantas endémicas de toda Europa y han descubierto que dos plantas andaluzas podrían dar buenos resultados en prevención de patologías como el cáncer, la hipertensión, la esclerosis múltiple o las enfermedades cardiovasculares.
Se trata de dos especies, Anchusa puechii y Glandora nítida, con altos niveles de omega-3 y omega-6, ácidos grasos beneficiosos para la salud. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores se han centrado en el estudio de diversas especies de la familia Boraginaceae, cuyos aceites ya son empleados en medicina, según informa la Fundación Descubre.
En el artículo ‘Restricted-Range Boraginaceae Species Constitute Potential Sources of Valuable Fatty Acids’, publicado en la revista estadounidense Journal of the American Oil Chemists’ Society, el equipo investigador describe la composición de los aceites de diferentes plantas endémicas presentes en Europa, destacando las propiedades medicinales descubiertas en dos especies andaluzas que se desarrollan entre Cádiz y Jaén.
“La Anchusa puechii y la Glandora nítida producen ácidos grasos omega-3 y omega-6 con niveles muy similares a los de otros aceites ya comercializados, como es el caso, por ejemplo, del aceite de borraja. También hemos advertido que son las más vulnerables -es decir, en peligro de extinción- las que producen los aceites con mejores propiedades nutricionales y terapéuticas”, explica a la Fundación Descubre el catedrático de Tecnología de Alimentos de la Universidad de Almería, José Luis Guil Guerrero.
Para desarrollar esta investigación el equipo de trabajo se centró, en primer lugar, en acometer una búsqueda bibliográfica y decidir, posteriormente, qué especies buscar, cuándo y dónde hacerlo. “Empleamos más de cuatro años viajando a diferentes localidades europeas para localizar a estas especies endémicas. La recolección de semillas se realizó con las debidas medidas de precaución con el objetivo de no dañar ninguna planta. De hecho, se tomaron pocas unidades, en algunos casos tan sólo 4 ó 5, ya que realizamos un tipo de análisis que sólo requerían una mínima cantidad de muestra”, explica el investigador.
ste trabajo pone de manifiesto, según los investigadores, la necesidad de fomentar la concienciación ambiental y proteger, por tanto, aquellos hábitats naturales donde existen especies productoras de compuestos útiles para el ser humano. “Los aceites obtenidos a partir de las semillas de la familia Boraginaceae se usan y comercializan por sus propiedades nutricionales y terapéuticas. En este caso, al tratarse de especies de distribución restringida que habitan en ambientes muy vulnerables a la acción humana, si desaparecen, perderían su potencial utilidad para siempre”, añade José Luis Guil.
El estudio ha permitido también al equipo investigador abrir otras líneas de trabajo para conocer si existen nuevas acciones terapéuticas que puedan asociarse a algunos de estos aceites. “Esta investigación presenta un marcado componente social a través del desarrollo sostenible de regiones económicamente deprimidas. Además, pretendemos buscar más especies silvestres con aceites similares o mejores a los que producen otras ya cultivadas, adaptables al cultivo en tierras poco exigentes y capaces de constituir, por tanto, opciones agrícolas interesantes en tierras baldías o de escasa rentabilidad”, concluye.