La agricultura se enfrenta a un escenario cada vez más hostil, con suelos pobres y sequías cada vez más recurrentes. Los modelos de cultivos tradicionales no aportan las soluciones que se necesitan, de ahí la importancia de contar con estimulantes para las plantas diferentes, que les aporten la capacidad para resistir en entornos difíciles, como el biofertilizan que ha logrado un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), que permite cultivar lechuchas y brócoli en terrenos salinos y donde hay poca agua disponible.
El trabajo, publicado recientemente en la revista Journal of Integrative Plant Biology, señala que el producto generado por el equipo del centro perteneciente al CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) se puede utilizar tanto en la agricultura convencional como en la ecológica, ya que no contiene productos químicos de síntesis y, por tanto, se ajusta a lo que establece la normativa.
Con qué está hecho el biofertilizante que permite cultivar en terrenos salinos y con poca agua
El biofertilizante que permite cultivar en terrenos salinos y con poca agua está compuesto por cuatro extractos naturales procedentes de diversas plantas y algas. La sustancia aplicada a la planta, que está compuesta por partículas sólidas y granulosas, induce la producción de unas hormonas vegetales llamadas citoquininas, que provocan que esta aumente sus defensas en suelos agrícolas con alta salinidad.
La investigación demuestra que la aplicación de este producto, denominado CalBio, en el sistema de riego aumenta el rendimiento de la cosecha de lechugas en condiciones normales, pero especialmente en condiciones de salinidad en el suelo.
Tal y como indica, José Miguel Mulet, investigador del IBMCP y coordinador del trabajo, “al tratarse de productos de origen natural su proceso de autorización es más fácil ya que son considerados bioestimulantes, por lo que la transferencia de estos resultados a los agricultores será mucho más rápida y sencilla. Asimismo, la eficacia del producto está contrastada y se conoce su mecanismo molecular, algo que en estos momentos no ocurre con muchos productos que se encuentran disponibles en el mercado”.
En qué condiciones este bioestimulante resulta más efectivo
“Hemos comprobado que el producto es más efectivo cuando se aplica en combinación con unos microorganismos que, de forma natural, se encuentran en las raíces de las plantas. Se trata de bacterias de la familia PGPB, bacterias promotoras del crecimiento vegetal. Estos microorganismos viven en el suelo y establecen simbiosis con las raíces de las plantas. En el estudio se indica que la bacteria es de la cepa Bacillus megaterium”, explica Mulet.
La investigación es el resultado de un proyecto de la convocatoria Retos colaborativos de 2022, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (Next Generation), con la empresa Caldic Ibérica, una compañía dedicada a la venta al por mayor de productos químicos para la industria, la alimentación y productos farmacéuticos. Asimismo, en el trabajo han participado Vicente Arbona y Miguel González-Guzmán, profesores de la Universidad Jaime I de Castellón de la Plana.
También funciona en brócoli
Asimismo, el equipo de científicos ha comprobado que el producto creado a partir de extractos naturales de plantas y algas también funciona en brócoli, un trabajo que acaba de publicarse en la revista Scientia horticulturae. En este caso la particularidad del experimento radica en que el producto es efectivo sin la colaboración de las bacterias PGPB, dado que el brócoli y todas las verduras y hortalizas brásicas no suelen establecer simbiosis en las raíces. En la actualidad, el grupo sigue investigando en otros cultivos como el tomate, aguacate, cebolla, pimiento y berenjena, y esperan poder anunciar resultados en breve.
Las pruebas de campo se desarrollan en la parcela experimental que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) tiene en la localidad de Poliñá de Júcar (Valencia).