Los participantes en el seminario de vitivinicultura han podido conocer de primera mano el trabajo que se realiza en dos bodegas de la zona, la del Cortijo El Cura y la bodega condado de Ojancos y degustar sus vinos.
Justo Sánchez, de la bodega de El Cura, de producción ecológica, ha sido el primero en recibir a los alumnos que durante toda esta semana participan en el curso sobre vino y cultura que se celebra en Laujar. “Aquí apostamos por la ecología cuando nadie lo hacía, con mucho esfuerzo”, les ha dicho mientras realizaban la visita a la finca y explicaba los métodos ecológicos para luchar contra las plagas o las formas de labranza. Esta familia, que vendió sus invernaderos en El Ejido para dedicarse a un cultivo “pegado a la tierra”, es hoy todo un referente en la producción ecológica de Andalucía. “Ahora ya es algo mucho más normal, lo bio, lo ecológico”.
Tras realizar una cata de los vinos de la bodega de El Cura, donde los participantes han podido apreciar las distintas variedades de uva de sus caldos y aprender sobre vinos antiguos que hoy vuelven a embotellarse, “este vino era el que hacía mi abuelo, prueben”, les ha dicho Justo Sánchez, los alumnos se han dirigido a otra bodega señera de la comarca, la bodega condado de Ojancos.
“Se ubica en las mejores tierras de la zona”, ha destacado Marcos Zenón Martín, director del curso, “y por ello sus vinos son de lo mejor”. El responsable de las bodegas, Antonio Martínez, comentaba en la visita que “son viñedos propios y es una bodega familiar”. Preguntando por sus los vinos, Martínez lo ha dejado en manos de los que allí han ido: “eso ya hay que probarlo, y en la copa dicen lo que son ellos”.
Así, con vino y acompañamiento de carnes a la parrilla, los alumnos han regresado a la Villa de Laujar para asistir, una tarde más, a un curso que desarrolla todos los sentidos.
Unión de los bodegueros
Los aspectos administrativos, de marketing y técnicos también tienen cabida en el seminario en torno al mundo del vino en la Alpujarra almeriense. Los participantes en el curso de verano sobre el vino han conocido todo lo que se esconde “detrás de una botella”. Así lo ha explicaba Gabriel Barrionuevo Martín, Ingeniero Técnico Agrícola: “saber de vino es también saber lo que hay detrás de una botella antes de que se abra”. Barrionuevo ha explicado los requerimientos administrativos y legales para formalizar una bodega, “que son muchos” y las posibilidades que ofrece la exportación.
A continuación, los alumnos han tenido la oportunidad de realizar un “hipotético” plan de marketing para la comercialización de los caldos de esta zona. Lo más importante, ha destacado María Luisa Vique González, asesora en consultorías para la comercialización y elaboración de estudios de mercados, “es que el precio se ajuste a lo que el consumidor está dispuesto a pagar por él, que la percepción psicológica del consumidor de la calidad sea la misma que la que tiene respecto al precio”.
Un segundo factor determinante a la hora comercializar el vino, ha explicado Vique, es dar a conocer, “hay que dar notoriedad a los vinos de Almería”. En los últimos tiempos, ha destacado esta licenciada en marketing, “se ha mejorado mucho en la calidad de los vinos”, pero queda camino por recorrer. Por ejemplo, está la cuestión de la denominación de origen: “también se ha mejorado en esto, que sea vino de la tierra con indicación geográfica, pero falta dar un paso mayor”.
En este sentido, se lamenta esta profesional de que habiendo variedades muy buenas en cuanto a la calidad son considerados vinos de mesa y no debería ser as, ya que, a juicio de Vique, “deberían de ser denominaciones de origen”.