Ayer comenzó el seminario Presente y Futuro de la Abogacía, enmarcado en los Cursos de Verano de la Universidad de Almería, en el que un grupo de expertos analiza los retos a los que se enfrenta la profesión, que tiene a la vuelta de la esquina su cambio más profundo en los últimos treinta años, según afirmó el decano del Colegio de Abogados de Almería, José Pascual Pozo, que también se encarga de la dirección del curso.
El seminario, en el que participan alrededor de 40 alumnos, está dividido en tres bloques diferentes: en el primero, los ponentes han hablado sobre la formación del abogado desde la universidad hasta el momento previo a la colegiación; en el segundo bloque, se profundizará hoy en el ejercicio profesional de la abogacía y, para finalizar, el viernes se analizará el futuro de la misma desde el punto de vista de la influencia que ejercen las nuevas tecnologías y, especialmente, de la nueva normativa que estudiará el Consejo de Ministros y que atañe directamente a los colegios profesionales y al acceso a la profesión.
A juicio del decano del Colegio de Abogados de Almería, José Pascual Pozo, director de este curso de verano, el futuro es “incierto”, puesto que la profesión de la abogacía se enfrenta a los cambios “más profundos” sucedidos en estas tres últimas décadas.
Para Pozo la reestructuración de los despachos y el impacto de la mediación y el arbitraje en el ejercicio de la abogacía, provocará a corto plazo cambios fundamentales en el ejercicio de la profesión. “Es el momento de mayor cambio en treinta años. Cuando se pasó de la dictadura a la democracia hubo un cambio profundo con nuevas normas a través de la Constitución, pero lo que se avecina ahora tendrá mayor impacto y será más grande”.
Calidad de las especialidades
En el mismo seminario, el decano del Colegio de Abogados de Melilla y vicepresidente de la Comisión de Formación del Consejo General de la Abogacía (CGAE), Blas Jesús Imbroda, cree que la certificación de la calidad de las especialidades pondrá orden al “descontrol” que hay en el ámbito de las especialidades en la abogacía.
Imbroda ha defendido que el CGAE ocupe el espacio que todavía no ejerce en la acreditación de las especialidades en la abogacía. “En la actualidad, las especialidades se realizan a través de los másteres y cursos que se imparten en las universidades y en algunos centros privados. No queremos hacer una certificación que tenga carácter excluyente ni que sea habilitante, pero sí que haya abogados que tengan el reconocimiento del Consejo General, que concedería un sello de calidad que de marchamo a esa acreditación profesional”, ha apuntado Blas Jesús Imbroda, que es vicepresidente de la Comisión de Formación del CGAE.
El ponente, que es, a su vez, decano del Colegio de Abogados de Melilla, ha explicado que tanto las especialidades como la formación continua, son dos de los retos más importantes que tiene ante sí la abogacía española. Imbroda ha destacado que, una vez acabado el trabajo desarrollado para que se implantara la formación inicial, que ya es una realidad con la Ley de Acceso a la profesión de abogado, el reglamento y los convenios suscritos entre los Colegios profesionales, las universidades y las Escuelas de Prácticas Jurídicas, ahora “es el momento de trabajar en formación continua y especialidades”.