Los guisantes lágrima son una variedad de esta leguminosa bastante apreciada en el mundo gastronómico y, especialmente, en la alta restauración. Su nombre les viene por la forma de lágrima que presentan y asemejan a unos guisantes inmaduros. Ahora, llega al mercado Bagoa Atlantic, una variedad desarrollada por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que puede utilizarse tanto seca como fresca.
En el desarrollo de esta variedad, registrada en la Oficina Española de Variedades Vegetales, han participado la empresa de agricultura ecológica Meilide 16 y la empresa Culler Gastronomía, titular del Restaurante Culler de Pau, con dos estrellas Michelin.
“El guisante lágrima, cuya denominación se explica por la forma del grano inmaduro, con forma de lágrima, es una variedad muy valorada en la alta restauración. En la Misión Biológica de Galicia (MBG) lo incorporamos como especie de nuestras investigaciones sobre guisante en 2010, a raíz de una colaboración con el Restaurante Culler de Pau y un productor agrícola, con el cometido de obtener, tomando como base variedades tradicionales gallegas, una que reuniera sus requisitos para su producción como lágrima”, explica Antonio De Ron Pedreira (MBG-CSIC).
Cómo se ha obtenido esta nueva variedad de guisante
El grupo de investigación realizó así ensayos de campo en parcelas experimentales de la MBG con dos variedades locales de guisante de poner Ortigueira y Monfero (A Coruña), obteniendo resultados positivos tanto en adaptación a las condiciones climáticas como a la producción, y pruebas de laboratorio en varios ciclos de selección. En 2013 el grupo obtuvo “Bagoa Atlantic”, mediante selección individual dentro de una variedad local de guisante de Monfero.
“Es una variedad de guisante de medio enrame, con buen vigor temprano y gran rusticidad. Inicia la floración a los 130 días tras la siembra de otoño-invierno, mientras que la vaina inmadura para recolección aparece en un promedio de 150 días. Es una variedad productiva, que en cultivo experimental rinde unos 1000 kg/ha de grano inmaduro. El grano es de tamaño muy pequeño, inmaduro, con forma de “lágrima”. Su calidad sensorial es excelente, considerándose como el “caviar vegetal” explica De Ron.
Tras obtener estos resultados, el grupo se dirigió a la Vicepresidencia Adjunta de Transferencia del Conocimiento del CSIC, desde donde iniciaron el proceso de protección y registro de la variedad en la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV), procedimiento clave pues una variedad vegetal no se puede comercializar si no está registrada.
“El proceso de protección de una variedad vegetal es un proceso largo y económicamente costoso. Para que una variedad vegetal pueda obtener el título de propiedad de obtención vegetal tiene que cumplir una serie de requisitos: que sea nueva, distinta, homogénea y estable. Tras años de ensayos el 5 de abril de 2023 el Boletín Oficial del Estado publicó la Orden por la que se le concede, a solicitud del CSIC, el título de obtención vegetal a Bagoa Atlantic, con una protección hasta el año 2048. Ello implica que cualquier uso de esta variedad protegida debe contar con el consentimiento expreso de su titular, en este caso del CSIC”, explican desde el CSIC.
“Una variedad vegetal no se puede comercializar si no está registrada en la OEVV, y hasta donde se conoce, no hay ninguna variedad registrada de guisante de este tipo. Por esta razón los “guisantes lágrima” que actualmente están en el mercado, y en algunos restaurantes, no son el resultado de un proceso de mejora genética. Generalmente, los productores usan variedades comerciales de guisante de mesa ya registradas hace mucho tiempo y cosechan el grano muy temprano, para que tenga la forma deseada de lágrima”, añaden desde el CSIC.
A partir del registro la MBG inició un proceso de búsqueda de acuerdos con empresas para firmar contratos de licencia de explotación, modalidad contractual que permite a terceras partes explotar comercialmente la variedad protegida para que llegue al mercado. El objetivo principal es que las variedades mejoradas fruto de años de investigación salgan de los centros de investigación y lleguen al mercado para que toda la sociedad se pueda beneficiar de ellas y al mismo tiempo se contribuye al mantenimiento de la biodiversidad.