Es uno de los grandes protagonistas del cambio de la agricultura almeriense hacia una producción más sostenible, y lo ha logrado gracias a una innovación, el uso de los abejorros y los insectos beneficiosos para el control biológico y la polinización natural. Se trata de José Antonio Santorromán, consejero del Consejo Social de la Universidad de Almería, y presidente de Agrobío.
En la empresa, ubicada en La Mojonera (Almería), los abejorros y otros insectos auxiliares conviven con naturalidad con los humanos, los cuales, gracias a sus conocimientos y tecnología, han conseguido situar a Agrobío en el Top3 Mundial. José Antonio Santorromán se remonta hasta el año 1995 para hablar de los inicios de Agrobío, “creamos la empresa con dos actividades fundamentales, una era la biopolización con los abejorros y la otra el control biológico de las plagas a través de los insectos auxiliares. Y pasados estos casi 30 años puedo asegurar que los abejorros han sido los auténticos protagonistas de la agricultura almeriense, porque permitieron un cambio espectacular, pasamos de cultivar tomates con hormonas a producir tomates fecundados de forma natural, con una tecnología que hemos exportado a todo el mundo”.
Una frase que corrobora asegurando que “la principal revolución de la agricultura intensiva almeriense en los últimos 15 años ha sido el control biológico de las plagas. Almería es un referente en control biológico y eso se nota en las numerosas visitas que recibimos de muchos países para conocer nuestra tecnología”.
Dos han sido los principales beneficios del uso de abejorros. Por un lado, “conseguir un ambiente de trabajo debajo de los invernaderos mucho más saludable. No hay que olvidar que hay más de 100.000 personas trabajando en la agricultura bajo plástico”. Y, como consecuencia, “los consumidores tienen acceso a productos más sostenibles”. En esta transformación, Agrobío ha sido uno de los líderes. “Producimos casi un 25% de los abejorros que se consumen en el mundo y exportamos a más de 40 países de todos los continentes”.
Un éxito que también supone una gran responsabilidad. “Esta actividad es muy difícil, da muchos quebraderos de cabeza, no se duerme todas las noches, porque mucha gente depende de nuestra labor”. Y es ésa, a su vez, su mayor satisfacción: “cuando consigues cultivar controlando las plagas sin necesidad de químicos o residuos, te das cuenta de lo que hemos avanzado en materia de alimentación. Saber que puedes consumir un producto con la calidad y sostenibilidad que se está haciendo en Almería, es la mayor satisfacción que uno puede tener en el trabajo”.
Convenios de investigación con la Universidad de Almería
En este camino, Agrobío se ha apoyado en la Universidad de Almería como un socio científico. “Por la situación geográfica de Almería y como consecuencia del cambio climático, las plagas suceden cada día, los agricultores tienen nuevos problemas, y deben recurrir a nosotros. Y esas soluciones llegan de la mano del conocimiento. En Agrobío tenemos un equipo muy importante de investigadores, pero sería imposible ir a la velocidad actual sin los proyectos de colaboración con las universidades y centros públicos de investigación, especialmente con la Universidad de Almería. Con la UAL estamos trabajando en estos momentos en cinco proyectos que nos están aportando un apoyo muy significativo. Sin la Universidad sería imposible avanzar tan rápido”.
Por último, José Antonio Santorromán valora la labor del Consejo Social de la UAL: “es un organismo que se nutre tanto de representantes de la Universidad como del tejido socio-económico de la provincia, y es básica su función. Por un lado, dar a conocer lo que la Universidad puede hacer y, por otro lado, escuchar las necesidades de la sociedad para trasladárselo a la UAL. Es un engranaje fundamental y yo creo que va a serlo aún más en el futuro”.